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Así se preparó Tábata Rosas para representar a la Virgen María, en Iztapalapa

FOTO: FACEBOOK

Tábata Rosas tiene 19 años y desde pequeña anhelaba interpretar a la Virgen María en la representación de la Pasión de Cristo de Iztapalapa.

En 2024 dio vida a María Magdalena, hasta que el objetivo se cumplió.

“Este año me fui a parar con el pensamiento de pues a ver si me quedo o no me postulo, alrededor fuimos entre 20 señoritas que se postularon para este papel. Te hacen una serie de preguntas, una prueba de lectura y así es como quedas electa”, expresó la joven.

Tábata, quien estudia la carrera técnica en Optometría, se preparó física y emocionalmente. Sábados y domingos acudió a ensayos y misas y a procesiones por los ocho barrios de Iztapalapa. Dejó en un segundo plano las diversiones de su edad.

Se dedicó completamente a su participación en una representación que cumple 182 años, como la Madre de Jesús.

“Me siento privilegiada, pero a la vez con un compromiso ya que el papel de la Virgen María es alguien fundamental en la historia de la salvación, tiene una importancia cultural y espiritual, entonces cargas con ese peso emocional que tiene ese papel”, mencionó.

Tábata es heredera de la fe arraigada en los habitantes de Iztapalapa, desde que en 1843 una epidemia de cólera azotó la zona Oriente de la capital. Se estima que murió más de la mitad de la población de Iztapalapa.

En medio de la desolación, surgió este acto de fe para pedirle al señor de la cuevita que terminara con la enfermedad.

La entrevistada consideró que esta tradición continua con el paso de los años: “sigue porque es demasiada la fe que la comunidad de Iztapalapa tenemos hacia la representación”.

Tábata no es actriz de profesión, pero busca conmover a los asistentes a la pasión de Cristo.

“No soy madre pero mi objetivo principal y lo que quiero dejar este año de la representación es eso, conmover a las personas con mi actuación y que pueda conectar con la esencia de este gran papel”, añadió.

Y a quienes piensan acudir con ánimo de fiesta, les pide respeto para una tradición surgida en la fe: “cada quien somos libres de creer en lo que queramos, en la parte mía les diría que respeten este momento de reflexión porque la Semana Santa es un momento de reflexión y de unión a la comunidad”.

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