El Valle de México enfrentó la más fuerte tormenta que se haya registrado desde 2017. Policías, bomberos y personal de protección civil atendieron las afectaciones ocasionadas por una lluvia torrencial que dejó más de 10 millones de metros cúbicos de agua.
Desde la noche del lunes, hasta la madrugada del martes, la policía ribereña de Ciudad de México auxilió a los conductores que se quedaron varados a bordo de 64 vehículos en las principales avenidas de la capital: el bajo puente de Viaducto y Troncoso, Circuito Interior, Churubusco y Gran Canal.
En la calzada Ignacio Zaragoza, donde las anegaciones alcanzaron un espejo de 200 metros, desazolvaron las alcantarillas.
“Tránsito se dedicó a estar sacando los carros y el oleaje era un Acapulco aquí en Florencia Santillón, pero de aguas negras”, dijo Julieta Muñoz, afectada por las lluvias.
Luego del cierre de la Línea A del Metro, los uniformados ayudaron a trasladar a miles de pasajeros desde Pantitlán hasta La Paz, para que llegaran seguros a sus destinos.
Y sin importar el peligro, los bomberos ayudaron al rescate de las personas que lo perdieron todo en 143 inundaciones.
“Los señores bomberos de no sé qué sea batallón 17, 18, fueron unas excelentes personas porque las botas ya rebasadas, se les metía el agua, optaron por quitárselas y estar con calcetines trabajando y eso es de admirarse, de respetarse y agradecerse”, indicó Julieta Muñoz.
El Gobierno de Ciudad de México realiza un censo, casa por casa, para ayudar a las personas afectadas por las lluvias atípicas y unas de las más intensas de los últimos años.
“Tuvimos una precipitación que no habíamos tenido desde hace 7-8 años. Tenemos el seguro de la Ciudad de México, que se aplica para justamente casos d este tipo”, indicó la jefa de Gobierno capitalino, Clara Brugada.