La catástrofe de la Línea 12 del Metro de Ciudad de México mostró las deficiencias no solo de transporte público, sino también de las herramientas en los servicios de emergencia.
Los incendios, derrumbes, choques y personas atrapadas en lugares inhóspitos son atendidos por el Heroico Cuerpo de Bomberos que viaja en camiones averiados y trajes rotos vulnerando así su propia seguridad y la de las personas que reciben su apoyo.
Ramón Muñoz, un bombero de Iztapalapa, comentó a Once Noticias que existe una carencia en el mantenimiento preventivo y correctivo a las unidades y el equipo táctico.
Estamos muy preocupados porque no tenemos el equipo necesario para salvaguardar nuestras vidas y mucho menos a las personas que sufren en una emergencia”, declaró el bombero.
Mencionó que las tres estaciones de Iztapalapa no tienen bombas de agua contra incendio y las estaciones, más cercanas, en este caso Xochimilco y Coyoacán, tampoco cuentan con el equipo necesario.
Debido a esa situación, en las labores de rescate en la Línea 12 del Metro había unidades de Azcapotzalco y Benito Juárez.
En un incendio grande o una emergencia como la del Metro es preocupante no tener la herramienta necesaria porque se pone en peligro la integridad de la sociedad y de nuestro personal”, expresó Ramón Muñoz.
El mantenimiento de los equipos de emergencia en la capital mexicana, dijo Ramón, ha sido ignorado desde hace cuatro años, los camiones de bomberos no tienen frenos y sus equipos están desgastados por el uso. Consideró que la catástrofe del Metro fue ocasionada por los mismos motivos: descuidos en el mantenimiento.
Tenemos más de dos años que no recibimos el equipo adecuado para trabajar, lo que hacían era quitarle piezas a un camión y ponérselas a otro, pero en tanto tiempo ya no hay piezas buenas para cambiar. Es un peligro para todos que los bomberos trabajemos de esa manera”, denunció.
La estabilidad laboral de los bomberos también se encuentra endeble, ya que el contrato colectivo del Sindicato “Resistencia y Libertad”, al que pertenecen más de 600 trabajadores, está en disputa legal en contra de un “sindicato charro”.
Lo que está en juego en el contrato colectivo son las prestaciones y el salario. Si nosotros llegamos a perder el juicio, nuestro salario se va a reducir a un 30% y perderíamos todas las prestaciones que tenemos por ley”, explicó Ramón.