Colectivos de familias buscadoras y autoridades capitalinas se dieron cita este viernes, 21 de marzo, en el cerro del Guerrero, parte de la Sierra de Guadalupe, en la alcaldía Gustavo A. Madero, por cuatro días, en donde llevaron a cabo la segunda jornada de búsqueda.
La búsqueda estuvo encabezada por las familias de Ángel Gerardo Ramírez Chaufón, Jesús Armando Reyes Escobar y Leonel Báez Martínez. Su caso es conocido como el de los trabajadores del Sanborns, quienes están desaparecidos desde el 29 de noviembre de 2019.
Las autoridades capitalinas dieron acompañamiento durante toda la jornada.
En esta ocasión, las acciones se enfocaron en descartar indicios en un punto de interés para las familias. Esto fue en la parte perimetral del cerro que colinda con viviendas. De acuerdo con Gerardo Ramírez, padre de Ángel, las búsquedas se establecieron en este lugar por la geolocalización de los celulares de su hijo y compañeros que apuntan al cerro.
“El Cerro de Guerrero es un lugar de hallazgos. Donde ahora estamos no hemos encontrado. Eso nos sirve para poder descartar el punto. Hemos encontrado muchos huesitos de animalitos y ropa que en el momento vamos descartando”, explicó el buscador.

El señor Ramírez contó que todavía faltan descartar algunos puntos en el cerro, por lo que esperan que a la brevedad se retome la continuidad de esta búsqueda y luego seguir en el Cerro del Chiquihuite, que se ubica a unos 11 kilómetros de distancia, pero que forma parte de la Sierra de Guadalupe.
En el lugar se excavaron tres pozos de sondeo. El más profundo fue de 2.40 metros y 2.30 de ancho. Se extrajeron cascajo y restos de basura. También restos óseos de fauna que se presume su utilizó para sostener los muros de una construcción que se encuentra deshabitada.
Un grito de solidaridad
Gerardo recordó que su hijo Ángel tenía 20 años al momento de su desaparición cuando salió del Sanborns, ubicado en el Centro Comercial Parque Lindavista, para reunirse con sus compañeros de trabajo a sólo dos cuadras de la tienda, en Rio Bamba y Lindavista.

Al puntualizar sobre la actuación que tuvo la empresa con las familias, Gerardo recordó que no les brindaron apoyo, “lo que esperábamos nosotros era de que una empresa de ese tipo saliera al menos a dar un comunicado. Nunca lo hicieron y eso no se me hace algo responsable por parte de una empresa. En las empresas debe de haber solidaridad y empatía. Tendría que haber preocupación” , dijo.
Jesús Armando tenía 30 años cuando desapareció junto a sus compañeros. Su padre, don Jesús, asistió a la búsqueda acompañado de sus hijas, quienes antes de empezar, en un ritual de lucha, lanzaron las consignas de las familias buscadoras, “¿Por qué los buscamos? ¡Porque los amamos!”.
El buscador dijo que todavía hay que revisar puntos importantes en el sitio, por lo que consideró que las búsquedas no concluirán. “Buscaré a mi hijo hasta encontrarlo”.

También acudió Lourdes Romero, cuñada de Leonel Báez Martínez, quien enfatizó lo complicado que es buscar entre escombros y basura, porque las personas se enfrentan a riesgos sanitarios y a los riesgos propios de un Área Natural Protegida como este cerro que pertenece al Parque Nacional del Tepeyac.
Hay que recordar que en este lugar, en junio de 2024, las familias localizaron los primeros restos óseos que se presumen son humanos. Tales se encuentran en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
Búsquedas de la vida
Este 2025, los trabajadores están por cumplir seis años de que fueron vistos por última vez en la esquina de Rio Bamba y Montevideo. Por el caso hay personas detenidas, no obstante, las familias lamentan la falta de avance en sus carpetas.
Aunque reconocen que en los últimos años se han intensificado las búsquedas, no así un resultado que los lleve a reencontrarse con Ángel, Jesús y Leonel.
“En el 2020 empezamos búsquedas y las solicitamos a la Comisión Nacional de Búsqueda. Eran búsquedas que iniciamos en la Sierra de Guadalupe, por Cuautepec. Eran búsquedas que no tenían un análisis de contexto. Los MPs nos llevaban porque se imaginaban que por la cercanía podrían estar ahí, pero no había un sustento en la investigación. Se tardaron más de tres años en fortalecer la investigación. Hay mucho sufrimiento cuando el tiempo va pasando”, sentenció Gerardo al medio.
Como ocurre con estas búsquedas no faltó la solidaridad de otras familias que también buscan a sus hijos o hijas en otros puntos de la Ciudad de México y Estado de México. Fue el caso de Lucila Ariadna Pérez, quien busca a su hijo Diego Iván Arreola Pérez, víctima de desaparición el 21 de mayo de 2023, en ampliación Las Águilas de la alcaldía Álvaro Obregón.
“He andado en varios lados, pero también hago búsquedas de vida. Lo busco vivo, hago más pegas, que esto, porque es como le digo o sea, siento que está vivo, si alguien lo viera que se comuniqué”, pidió ante el medio.

Elizabeth Hernández busca a su hijo Moisés García Hernández, y a su nuera, Almadelia Curtis Valdés, quienes fueron víctimas de desaparición forzada el 10 de noviembre de 2023 en Santiago Cuautlalpan, en Tepotzotlán, Estado de México.

“Nos mueve el acompañarles también porque se hace uno solidario por el motivo que a todos nos une. Compañeras buscan a sus esposos, compañeras buscan a sus hijos, a sus padres. Nos volvemos familia y nos une el mismo deseo de encontrar a nuestros desaparecidos”, dijo la buscadora quien anhela que sus nietos vuelvan a ver a sus padres.
Este viernes ha terminado la jornada. La siguiente semana continuará en el Ajusco, al sur de la CDMX. Como ha sido desde el inicio, a las familias buscadoras se sumará la Comisión de Búsqueda local, elementos de la FGJ CDMX, bomberos, policía auxiliar, Zorros y también la Brigada de Paz Marabunta.