Con la finalidad de erradicar la violencia contras las mujeres y crear mecanismos preventivos, se instalaron dos mesas de trabajo para ampliar la discusión y el diálogo de la propuesta de la Ley Malena: “no más violencia ácida” en el Congreso de Ciudad de México.
Este foro tuvo el objetivo de escuchar las opiniones y observaciones de personas integrantes de la sociedad civil, servidoras públicas y sobrevivientes de violencia con referencia a la iniciativa presentada, por la diputada local, Marcela Fuente Castillo.
Para la legisladora, la propuesta contra la violencia ácida está bajo ejes que se generen cifras oficiales para generar políticas públicas y que exista la reparación del daño hasta de las familias.
En esta iniciativa de ley tenemos cuatro puntos fundamentales y están sometidas a discusión de las especialistas, en primer lugar, qué es la violencia ácida. Cómo la estamos conceptualizando, ¿Qué carga tiene? No solamente física sino simbólica, psicológica y social, en segundo lugar, ¿Cuál es la responsabilidad del Estado?” cuestionó la diputada local de Morena, Marcela Fuente.
Una de las sobreviene de este tipo de violencia, Carmen Sánchez, propuso nombrar los ataques con ácido como una de las formas de violencia machista más extrema que existen sólo por debajo de los casos de feminicidio.
Estar viva no es suficiente si a una nos han quitado todo y no tenemos garantizado a una vida libre de violencia, el derecho a la integridad física, psíquica y moral, el derecho a la libertad, el derecho a no ser sometida a tortura y no ser discriminadas, estuve ocho meses hospitalizada y sin poder salir y sin ver a mis hijos, porque mi estado de salud era crítico y hasta el día de hoy me he tenido que someter a 63 cirugías” contó.
Otra de las sobrevivientes de esta violencia es la saxofonista y defensora, María Elena Ríos, quien no ha recibido justicia en su estado Oaxaca. La defensora comentó que el problema es estructural y sistemático, que no solamente se tiene que reformar el sistema judicial y que el Estado debe asumir su responsabilidad.
Se necesita reformar el sistema judicial, porque también existe un presupuesto para sus capacitaciones pues no y ese es el grande problema de la palabra patriarcado, una palabra común que escuchamos y a veces ni nosotras que como mujeres somos criadas para ser machistas todavía no lo podemos comprender, eso es una señal que los hombres tienen esa necesidad y responsabilidad de deconstruirse” enfatizó María Elena Ríos.