Valle de México

Desalojo forzado a 50 departamentos en el Centro Histórico de CDMX

Durante la madrugada del 24 de junio un grupo de 150 granaderos con 200 cargadores entraron al predio de San Pablo #68 y desalojaron a 50 departamentos sin una orden de lanzamiento.

Susana tenía 27 años viviendo en ese edificio. Ahí se casó y tuvo a sus hijos.


Nunca tuvimos ningún problema con el edificio. Jamás nos avisaron, ni nos mandaron una notificación. Todo fue ilegal con todo y los policías que veían como nos robaban todo, por eso estamos bloqueando las calles” dijo Susana.


Los vecinos bloquearon las calles de Circunvalación y San Pablo para exigir que les repusieran sus viviendas ya que nunca fueron notificados de algún juicio abierto. Todo dentro del edificio estaba cabeza abajo y roto. Las puertas estaban destrozadas, los colchones deshechos, los platos en el piso y la comida regada por las paredes.


Entraron y abrieron las puertas con mazos y martillos, nos comenzaron a golpear a todos. Había bebés y personas de la tercera edad que las maltrataron muy feo. Los uniformados llegaron diciendo que era un cateo antidrogas y que todos teníamos que salir” explicó la vecina del 406.


Algunos se quedaron adentro sin abrir la puerta, pero los hombres de civil rompieron chapas y entraron por la fuerza, golpearon a la gente y robaron objetos de valor como televisores, alhajas, dinero, computadoras celulares y demás aparatos, según mencionaron las familias del predio a Once Noticias.


La mayoría de las personas con las que se habló, eran comerciantes desde hace varias generaciones en el mercado de La Merced, justo frente a su predio.


Más de cuatro generaciones han crecido en esos muros y todos se han hecho responsables su mantenimiento.


En este edificio hay hasta bisnietos. Todos somos gente honrada, que trabajamos desde hace años en los puestos de ‘La Meche’. No porque seamos comerciantes nos pueden dejar sin casa, esto es una injusticia y queremos que las autoridades nos digan quién está detrás de todo esto”, dijo Susana en medio de los pasillos llenos de cosas tiradas por todos lados.


La calle estaba llena de muebles, camas, estufas, refrigeradores, comida, ropa juguetes, y montones de papeles algunos más importantes que otros. Poco a poco la gente fue quitando sus cosas de la calle, pero el bloqueo de las avenidas permanecerá hasta que alguna autoridad pueda explicar quién está detrás de este desalojo forzado.


Algunos funcionarios dijeron que a las dos de la tarde tendrían una reunión con autoridades de Gobierno central.


La Organización de la Naciones Unidas define al desalojo forzoso como “el hecho de hacer salir a personas, familias o comunidades de los hogares o las tierras que ocupan, en forma permanente o provisional, sin ofrecerles medios apropiados de protección legal o de otra índole”.


En todo el mundo los desalojos forzosos constituyen graves violaciones de un conjunto de derechos humanos internacionalmente reconocidos, en particular el derecho a una vivienda adecuada, a la alimentación, al agua, a la salud, a la educación, al trabajo, a la seguridad de la persona, a verse libre de tratos crueles, inhumanos y degradantes, y a la libertad de circulación.


Algunos medios de comunicación mostraron que en promedio la fuerza pública participa en más de 3,000 desalojos por año tan sólo en Ciudad de México.

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