El mejoramiento y la rehabilitación del Monumento a la Raza, ubicado en la Avenida Insurgentes Norte, en Ciudad de México, está en camino.
La histórica pirámide es símbolo de nuestro pasado prehispánico, que se encuentra bajo resguardo de la alcaldía Cuauhtémoc, la cual muestra una imagen deteriorada desde hace mucho tiempo, ya que ha sido pintada, grafiteada y dañada en su estructura, por lo que un remozamiento es más que necesario.
En este aspecto, el jefe de Gobierno de Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, informó que, en primera instancia, la intervención al Monumento a la Raza incluye la atención a personas en situación de calle que usaban este lugar para pernoctar, para después seguir con el remozamiento.
“Hay dos intervenciones que se están haciendo, una es la atención a población de calle y se les está invitando a los albergues que tiene la Secretaría de Bienestar. Por otra parte, comenzó la limpieza del monumento, entonces ya estamos haciendo esa obra también”, dijo el mandatario capitalino.
Habrá coordinación para la rehabilitación del Monumento a la Raza
Martí Batres aseguró que, si bien la alcaldía Cuauhtémoc administra dicho espacio, ya se logró establecer coordinación para rehabilitarlo, esto en alusión a la batalla jurídica en la que el Poder Judicial dio la razón al Gobierno capitalino de tener a su cargo la Columna de la Independencia.
“El Monumento a La Raza sí está claramente bajo el resguardo de la alcaldía, pero con el actual alcalde nos hemos entendido bien, nos está ayudando, ya se hicieron unos acuerdos y ya está interviniendo el Gobierno de la Ciudad”, comentó.
Monumento a la Raza, símbolo de nuestra herencia prehispánica
El Monumento a La Raza es uno de los monumentos públicos más sorprendentes de Ciudad de México, situado en la franja central de Avenida Insurgentes Norte.
Construido entre 1930 y 1940, es obra del ingeniero Francisco Borbolla y del arquitecto y escultor Luis Lelo de Larrea.
La pirámide histórica mide de 50 metros de altura y en sus cuatro costados presenta sendas placas de bronce con relieves que forman parte de la base destinada a la escultura de una águila metálica en el acto de devorar una serpiente sobre un nopal, la cual fue esculpida por Jesús F. Contreras.
Esta pieza metálica mide de punta a punta de las alas, 5.75 metros y la serpiente tiene 5.30 metros de largo.
El águila sería colocada en el domo en el proyecto del Palacio Legislativo (hoy Monumento a la Revolución) que se construiría el siglo pasado, pero al quedar inconclusa la obra, la escultura fue trasladada para ser colocada en la pirámide que ahora vista la Avenida Insurgentes.
La obra emblemática, en su conjunto, dispone de dos escalinatas: la del sur conduce a la plataforma superior y la del norte a la puerta de entrada al edificio. Ambas escaleras presentan, en su arranque, grandes cabezas de serpiente que recuerdan las de Teotihuacán.