Habitantes de Pueblo Nuevo en el Municipio de Chalco, en el Estado de México, no olvidan la tormenta que cayó el miércoles y que provocó que por segunda vez sus casas quedaran llenas de agua y lodo.
María Torres Cabrera, adulta mayor, quien vive sola en un departamento en la zona afectada, detalla con tristeza que sus cinco hijos se olvidaron de ella y no se han acercado para tenderle una mano.
Al interior de su domicilio y con un jalador, la mujer intenta, sin éxito limpiar una parte mínima del acceso a su domicilio, pero angustiada dice que requiere quien le ayude a sacar sus pertenencias y unas tablas con tabiques para acomodar su colchón.
María recuerda de este modo, como vio llegar el agua a su casa.
“Ni quiero, ni acordarme, porque gritaban que ya venía el agua otra vez yo me asomé y ya venía otra vez, ya nomas me percaté de jalar mis papeles, nada más porque otra cosa no jalé”, aseguró María Torres Cabrera, adulta mayor habitante de Chalco.
Ella dice que está agotada y el dolor que siente en dos hernias por las largas faenas, no la deja en paz.
Por otro lado, con su bebé en brazos, Julieta Múñoz avanza entre el lodo anegado; dice que ahora la lluvia le provoca temor.
“No se si el Gobierno nos va a apoyar con lo que perdimos de la casa, entonces como que si es preocupación el que vuelva a llover, da miedo, tenemos miedo a la lluvia”, aseguró Julieta Muñoz al exterior de su domicilio, entre ladridos de lomitos que fueron enjaulados para rescatarlos más rápido, si es que los ríos de agua llegan de nuevo.
En medio del desastre hay historias de éxito como la de Mario Lera, quien al enterarse que su casa se inundó de nuevo, corrió para rescatar a su perrito “Coco” quien se quedó solo en el departamento.
Don Mario cuenta que cuando llegó al sitio del desastre atravesó por el lodo y agua que le llegaba a la cintura; al abrir la puerta de su casa “Coco” estaba nadando y como pudo lo atrapó para abandonar con zozobra su hogar.
Por ahora los vecinos ya toman previsiones para enfrentar un poco más preparados el arribo de más lluvia o corrientes de agua.
“Ya nos avisó Conagua que en la noche o en la madrugada nos llega otra igual o peor. Ya estamos tomando previsiones, ya conseguimos costales y estamos pidiendo ahorita arena para hacer una barricada a la entrada”, comenta Jaime Ollervides al exterior de su domicilio, mientras descansa tras retirar un poco de todo el lodo acumulado.
En tanto, cuadrillas de trabajadores y elementos de la Guardia Nacional, laborarán en la zona con pala, carretillas y cabos para limpiar la zona afectada.
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