Arrancó la reconstrucción de la línea más antigua del Metro de Ciudad de México: la Línea 1.
Es la obra más importante en más de medio siglo de operaciones de este sistema de transporte; será en la práctica una nueva construcción, todo se cambiará.
“Hablaban de reparaciones, no es una reparación, es una nueva línea 1, es decir, no es que se va a reparar una vía o se va a reparar un aparato o se va a cambiar algo en particular, no, se saca todo del túnel y se vuelve a poner, se saca incluso el balastro que son las piedritas que están en los durmientes, se saca absolutamente todo y se vuelve a colocar todo nuevo”, dijo la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Para modernizar la llamada línea rosa, se invertirán 37 mil millones de pesos.
El trabajo se realizará en dos fases.
La primera inició esta semana y terminará en ocho meses, consiste en la renovación del tramo de Pantitlán a Salto del Agua.
“Estamos haciendo ya los primeros trabajos, adecuaciones de acceso para la maquinaria que ingresará por la zona de Salto del Agua y el desmontaje de charolas y corte de vías. Estamos trabajando en dos frentes: de salto del agua hacia Zaragoza que es el punto principal y único de salida de materiales o otro de Pantitlán a hacia Zaragoza”, señaló el director general del Sistema de transporte Colectivo Metro, Guillermo Calderón.
La segunda fase de reconstrucción total será hasta el año próximo, de Observatorio hasta Balderas, por lo que esas estaciones cerrarán hasta el 2023.
En un recorrido captado por las cámaras de El Once, constatamos que a la Línea 1 le urge una cirugía mayor. Por ejemplo, se requieren sustituir 150 mil toneladas de balasto.
“El balasto es el encargado de mantener la vía en su nivel si la vía no se mantiene en su nivel adecuado vamos a sentir cuando el tren va en su marcha vamos a sentir desniveles brincos o bamboleos el balasto es el encargado de sujetar la vía”, puntualizó el ingeniero David Escalante.
También se tendrá que realizar un cambio de vigas, ya que las actuales están inservibles por la filtración de agua.
El sistema de monitoreo era ya totalmente obsoleto.
“Vamos a poner una red de telecomunicaciones aérea por todo. Vamos a estar conectados en todo momento con los trenes y a través de antenas, vamos a saber en qué punto se encuentra el tren”, agregó el ingeniero.
En resumen, tras ocho meses de trabajo se cambiará todo en el sistema: rieles, vías, vigas, balasto, sistema de control y cableado.
Las autoridades capitalinas prometieron que la nueva línea rosa será completamente segura para los usuarios y una de las más modernas del mundo.