Un hombre fue asesinado por dos sujetos que dispararon contra él en el Centro Histórico capitalino. La víctima conducía un carro de color blanco, Accord Honda, con placas A55BAM y mientras se iba incorporando de la Calzada de Tlalpan, a la Avenida 20 de Noviembre, dos sujetos en motocicleta dispararon al menos en seis ocasiones.
Eran las dos de la tarde cuando el señor Toño iba pasando sobre la avenida Tlalpan, él trabaja de herrero pero está vez se dirigía a comprar unos zapatos que le regalaría de Navidad a su hija.
“Justo cuando iba pasando por aquí (señala las instalaciones del Equipo de Rescate y Urgencias Médicas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana) escuche como un freno y después escuchamos los disparos, al principio no me cayó el ‘veinte’, pensé que eran cohetes, ya ve que ahorita por lo de la Virgen todavía están tronando. Pero unos segundo después ya se escuchó el trancazo de los carros”, comentó el testigo a Once Noticias.
El conductor iba manejando con dirección al norte de Ciudad de México, cuando comenzaron a detonar el arma contra su auto. Él intentó huir, aceleró a fondo, pero las balas lo alcanzaron y eso provocó que el auto se descontrolara y terminó pegando contra el muro de contención del bajo puente. El joven de aproximadamente 35 años ya estaba herido y no quitó el pie del acelerador, fue así como terminó por chocar contra un taxi.
Ahí hubo algunas detonaciones más contra la víctima, después los agresores rompieron el vidrio trasero al conductor para sacar algo que estaba en el asiento de los pasajeros. La víctima quedó recostada sobre su auto. Aunque el crimen se cometió justo frente a las instalaciones del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), cuando llegó el paramédico Brito, de la ambulancia 002-G2, diagnosticó a la víctima sin signos vitales.
En la escena llegaron los peritos de la Fiscalía capitalina a bordo de la camioneta oficial con placas FGJ-19-A4. Acordonaron la zona y después de tomar medidas comenzaron a colocar los indicadores de indicios. En el cristal del conductor comenzaron a pegar estampas con pequeñas letras “G, H, I, J, K”, cada una señalaba los impactos de bala que a habían atravesado el vidrio, y le habían arrebatado la vida al joven conductor, del otro lado del carro se veían los huecos marcados con las letras de la “A a la F”.
Los peritos sacaron una brocha y comenzaron a expandir un polvo rosa para tratar de descubrir alguna huella. Las marcas dactiloscópicas iban apareciendo conforme el polvo caía al carro blanco
“Estas cosas si dan miedo, porque no sabemos si fue un robo o si venían directo contra el señor y lo que llevaba atrás. Es feo pensar que los tiempos van cambiando y que a cada rato veamos más muerte en la calle, como si la vida de cualquiera valiera menos que nada. Yo me acuerdo cuando era chavo, en el barrio era muy poca la gente que andaba con pistola, pero ahora ya cualquier chamaco le apunta a uno por cualquier cosa”, comentó el señor Toño, quien decidió no ir por el regalo de su hija y esperar el desenlace de la escena del crimen.
En el lugar no había familiares ni conocidos de la víctima, sólo algunos curiosos que vieron como el cuerpo fue trasladado a los servicios médicos forenses, para tratar de ser identificado. En el lugar sólo quedó la marca que el carro hizo cuando chocó contra el muro de contención.