Jaime e Ingrid pertenecen a la comunidad integrada por 47 personas sordas que cursan diversas carreras en el Instituto Tecnológico Iztapalapa II.
“Mi nombre es Jaime, esta es mi seña, y estoy cursando la ingeniería en TICs”, dijo Jaime, estudiante de ingeniería en TICs.
“Mi nombre es Ingrid y esta es mi seña, curso el noveno semestre de ingeniería en TICs”, señaló Ingrid, estudiante de ingeniería.
“Comunidad de gente sorda, estudiando una carrera en Ingeniería en Tecnologías de la Información y Comunicación. El grupo es mixto, no es un grupo especial, es un grupo que lleva matemáticas, física y en este caso, programación, redes, en grupos con oyentes y sordos, en equipos de oyentes y sordos juntos, la inclusión es total”, comentó Hugo Ernesto Cuellar, director del Tecnológico Iztapalapa II.
Esta escuela cuenta con cinco intérpretes de lengua de señas, profesionales.
Es única en su tipo, en un país en el que, de acuerdo con el Inegi, existen aproximadamente 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva.
“Cuando comencé a estudiar aquí, sí lo consideré difícil, porque la preparatoria fue una transición hacia la universidad y no era tan difícil como aquí y yo pensaba ¿cómo es que voy a hacer todas estas cosas?”, agregó Ingrid.
“Considero que requiere de mayor esfuerzo de nosotros como sordos, para poder seguir mejorando en nuestras materias, con el objetivo de lograr nuestra meta, que es terminar la carrera”, añadió Jaime.
Por fortuna, siempre hay alguien que los apoya.
“En el segundo semestre yo no quería continuar estudiando porque pensaba “mejor otro lugar o no sé”. Como que sí pensé que no iba a poder, pero mis maestros, mis compañeros me animaron”, puntualizo Ingrid.
De esta escuela, ubicada en la colonia Miravalle en la demarcación Iztapalapa, han egresado 16 personas sordas.
Allí, incluso los profesores toman clases de lengua de señas.
“Lo que he hecho con el aprendizaje de señas es que ya los chavos se acerquen directamente a mí, por si tienen algunas dudas y pues ya me comunico directamente con ellos”, señaló el profesor Francisco Muñoz.
“Los chicos sordos se acercan conmigo y tratan de platicar, tanto de la vida cotidiana como de la escuela, entonces los empiezo a orientar donde pueda”, agregó Francisco Muñoz.
Las personas oyentes aprenden a comunicarse con las personas sordas.
Se forjan lazos de amistad, compañerismo y por qué no, también de amor.
“Si a mí me hubieran dicho que mi novio iba a ser una persona sorda, yo no le hubiera creído. Realmente cuando yo empecé a tratar a Jaime, yo lo vi como una amistad y jamás imaginé, la verdad para mí es una experiencia maravillosa”, comentó Daniela Zavala, estudiante de Ingeniería en Logística.
Daniela y Jaime, son una pareja sordo – oyente.
“Sí, cuando tuve el primer contacto con ella, cuando la conocí y comencé a enamorarme de ella, pues sí, la realidad es que sabía que era importante la comunicación entre ambos y tomé la decisión de acercarme a ella, por mensaje de texto”, dijo Jaime.
“En un principio, yo no sabía nada de señas, entonces, una intérprete fue la que nos ayudó, bueno, a mí me decía lo que Jaime trataba de decirme y de igual manera, le decía lo que yo le quería decir”, adicionó Daniela.
“Me siento feliz, le tengo mucho cariño, aumenta mi autoestima también”, concluyó Jaime.
https://www.facebook.com/TECNMcampusIztapalapaII
Directivos y docentes esperan, en un futuro, incrementar la matrícula académica de personas con discapacidad auditiva, para así, abrir espacios más plurales y demostrar que todos los sordos, podemos estudiar.