Tal como lo prometió Jacqueline Uribe, fundadora del colectivo “Una luz en el Camino”, Jael Montserrat Uribe Palmeros, su hija, regresa a casa luego de que fue desaparecida hace cuatro años, cuando asistió a una entrevista de trabajo en Iztapalapa, Ciudad de México. Y no volvió.
La promesa de Jackie se hizo consigna, “no pararé hasta encontrarte”, sentenció en cada búsqueda. Y precisamente este viernes 31 de enero, por fin, la joven regresa con su familia después de que se identificaron sus restos hace once días.
Integrantes de diversos colectivos de búsqueda se dieron cita en la Glorieta de las Mujeres que Luchan, sobre Paseo de la Reforma, para realizar una acción de memoria digna, así la denominaron, y velar los restos de la joven.
Desde las 10 de la mañana, las mujeres se congregaron en este punto, considerado de gran relevancia simbólica para las que buscan justicia, para preparar con ahínco el recibimiento de los restos de la joven.
En el ala sur de la Glorieta, se alistaron arreglos florales, veladoras, copal y mensajes escritos en pequeñas siluetas de “Justicia” –figura representativa de este lugar– y una cruz de flores blancas, que fueron colocadas en la ofrenda.
Al centro, la fotografía de Jael Montserrat Uribe Palmeros; fue la que siempre acompañó a su madre en sus búsquedas y en las protestas.
Este recibimiento simbólico es “un acto de acompañamiento amoroso y colectivo”, refirieron las buscadoras. La acción de memoria la consideraron un grito de justicia urgente, para esclarecer los hechos, porque todavía queda la deuda de la verdad en este caso.
“No son hechos aislados, las desapariciones son crímenes de estado”, gritaron las asistentes.
Los restos de Jael Montserrat tardaron más de cuatro horas en ser entregados debido a la osadía de autoridades que retardaron su entrega, así lo compartieron las buscadoras quienes lanzaron reclamos.
“Hay un protocolo de entrega digna. Ya existe a nivel nacional, lo trabajaron las familias. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ) y la INSIFO sabían que Montse regresaría a casa, tendrían que tener ya todo preparado”, criticó Yadira González Hernández, fundadora del colectivo Desaparecidos Querétaro e integrante de la Brigada Nacional de Búsqueda.
Alrededor de la una de la tarde, las buscadoras informaron que los restos de Montserrat le fueron entregados a su madre, quien pudo recuperarlos del Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (INSIFO), en donde permanecieron luego de que la FGJ-Cdmx le confirmó que los restos pertenecían a su hija.
Casi a las dos de la tarde, una carroza blanca arribó a la Glorieta con el ataúd de la joven, quien tenía 21 años cuando fue desaparecida. Las buscadoras se colocaron en fila, en el ala este, para recibir con pétalos de rosas rojas a Jacqueline Palmeros junto a sus hijos y sus nietos (hijos de Jael Montserrat).
No faltaron las consignas que las han identificado: “¡No estás sola!”, “¡Montse, escucha, tu madre está en la lucha!”, “¿Por qué las buscamos? ¡Porque las amamos!”
Detrás, las buscadoras cargaron el ataúd y realizaron una procesión. Una vez que llegaron a unas carpas que mantenían en el ala sur, colocaron el ataúd de la joven y sobre él, su fotografía.
La familia Uribe Palmeros no pudo contener el llanto, ni Jackie (como la llaman de cariños sus compañeras de lucha) ni sus pequeños nietos, quienes vistieron de blanco para rendirle memoria a su mamá.
A la acción de memoria acudió el grupo coral La Coraza y Vivir Quintana, quienes le dedicaron a la familia de la joven, el himno de cada protesta, “Vivir sin miedo” y “Ojitos negros”. También cantó la venezolana, Irína Indigo. Además, la bailarina Argelia Guerrero interpretó una pieza danzística como parte de esta acción simbólica.
Falta esclarecer los hechos: ¡verdad y justicia por Montse!
No faltó, por supuesto, la voz de Jacqueline Palmeros, quien al tomar el micrófono no sólo agradeció a quienes le han acompañado en estos años, sino que denunció el periplo de acceder a la verdad y a la justicia.
“Hoy Montse regresa a casa, pero no fue fácil, nada fácil. Quisiera resumir en breves palabras todo el viacrucis que tuve que vivir para llegar hasta mi hija y las constantes revictimizaciones que vivimos por parte de las autoridades”, señaló.
La buscadora recordó que su hija desapareció el 24 de julio de 2020, “sus propios amigos y conocidos fueron los mismos que la privaron de su libertad y la citaron con mentiras. Montse desapareció a plena luz del día, exactamente a la 1:40 de la tarde”, recordó Jacqueline.
La fundadora de “Una luz en el camino” denunció que a lo largo del proceso fueron revictimizados.
“Cuando fui a levantar la denuncia me dijeron que me esperara, que tal vez andaba de fiesta o se había ido con el novio. La revictimizaron por sus tatuajes, que por qué permitía que se hubiera puesto tatuajes. Las autoridades no aplicaron el protocolo homologado de la búsqueda inmediata”, denunció.
Explicó que fue mensaje anónimo el que le advirtió que su hija había sido asesinada y su cuerpo había sido tirado en el Ajusco.
La buscadora recalcó que del 27 al 29 de enero regresaron al mismo lugar donde hallaron los restos de Montse, en el Ajusco, para recuperar los restos faltantes. Ante esto, reclamó a las autoridades.
“La historia de Montse es una historia más de indolencia, de omisiones. Durante estos días me mantuve fuerte porque mi hija me necesitaba fuerte. Tres días de búsqueda exhaustiva, por falta de recursos humanos y materiales. Hoy prometo luchar hasta el último suspiro, hasta tener acceso a la verdad y a la justicia. Se lo voy a cumplir”, sentenció Jacqueline.
En consigna coral las asistentes agregaron, “¿Por qué las buscamos? Porque sólo nosotras las encontramos ¿Hasta cuando? Hasta encontrarles“.
El día de mañana le darán el último adiós a Jael Montserrat, quien será sepultada en el panteón Civil de San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, a las 13 horas.