La bandera multicolor cubrió una de las avenidas más importantes de Ciudad de México. La tela de colores brillantes emanó de las alas de una mariposa.
La celebración a todo lo que da.
“¿Estás listo para la fiesta? mil por ciento”, dijo Francisco Briones, asistente a la marcha del orgullo LGBTIQ+.
La comunidad de la diversidad sexual tomó las céntricas calles no solo con pancartas, pregones o canciones. Lo hizo también con las prendas que lució.
“Es una fiesta que lleva días, todas las personas que vienen se avienten un mes o dos meses viendo que se van a poner”, señaló Dan Altamirano, asistente a la marcha.
Román invirtió 90 días, colocando más de 200 piezas de espejo en su traje al que le integró plumas de ave.
“Decidimos hacer un pavorreal, algo que nos pudiera visibilizar que pudiera, además, emanar la luz que nosotros y cada uno de la comunidad tenemos”, Román, participante de la marcha del orgullo.
El papel maché se hizo forma en las manos de diva David, espinas y el corazón ardiendo representan su largo recorrido.
“Es muy valioso que la gente se acerque a ti y que te diga oye está muy bien hecho está muy padre porque significa que todo lo que estuvo atrás, estuvo bien y valió la pena”, Diva David.
Los vestidos de noche, el maquillaje marcado y la sonrisa de fuego fueron una constante.
“Aunque me canse y se me caiga el maquillaje, yo me tomo todas las fotos que quieran”, Arua, participante.
La lentejuela fue imprescindible en este escaparate de color.
“Este calzón está bordado a mano. lentejuela por lentejuela y estos botones de charro también, las carrilleras pues son de un arnés, sí y todo fue un concepto de seis meses”, puntualizó Mario, participante.
Lucrecia, una perrita criolla, también iluminó a todos.
“Fui al mercado de Sonora busqué un trajecito para niños y le quedó a Lucrecia”, Gabriela González, asistente.