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Las danzas prehispánicas que conmemoraron a Lesvy Berlín

Familiares y colectivos conmemoraron a Lesvy Berlín Osorio Carmona, una joven que fue asesinada por su novio el 3 de mayo de 2017 dentro de las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La joven pertenecía a colectivos de danzas prehispánicas en Ciudad de México, es por eso que durante cuatro años consecutivos se le recordado con estos rituales dentro de la Ciudad Universitaria.

Los danzantes llegaron caminando desde el volcán Xitle, hoy conocido como el Cerro del Ajusco. Ese volcán hizo una explosión hace 1700 años, la lava escurrió por la zona sur de la capital mexicana y dio inicio a lo que hoy se conoce como el “camino del fuego”. Esa misma ruta que marcó el magma ardiente hoy fue recorrida con sandalias y tambores por los colectivos que rememoraron la vida de Lesvy Berlin.

Venimos haciendo un rezo desde el Xitle. Iniciamos a las siete de la mañana y llegamos a esta explanada (de la rectoría) para que el movimiento se expanda dentro de este recinto. Nos estamos uniendo no sólo por la familia de Lesvy, sino por todas las familias que han sufrido una violencia, que la mayoría son mujeres. Queremos que la danza, los cantos y nuestra cultura antigua permita salir adelante a esas personas que están inmersas en la violencia”, comentó Norma Cárdenas a Once Noticias.

El humo de copal comenzó a flotar frente a la rectoría de la UNAM, el altar se fue acomodando con frutas, dulces y flores que se alinearon con los puntos cardinales. Cuando todo parecía listo para dar inicio, varios funcionarios vestidos de civil se acercaron a los danzantes para pedirles que se retiraran del lugar ya que no habían pedido permiso para conmemorar a la joven asesinada dentro de esa casa de estudios.

No podemos permitir que nos impidan nuestras expresiones culturales. Esta también es una forma de estar en la resistencia. El ritual se tiene que hacer adentro de la Universidad porque el mal está aquí adentro”, afirmó Norma.

Los danzantes usaron la palabra y pidieron a los guardias que respetaran el ritual que se llevaría a cabo. Los guardias no dijeron nada, sólo dieron la espalda a los colectivos y se postraron en una esquina de la explanada observando y reportando todo por sus radios.

“Continuemos con alegría que a Lesvy le está gustando”, dijo Norma mientras una ráfaga de viento le peinaba el cabello.

Cuando el copal había perfumado todo el ambiente, los tambores comenzaron a retumbar y los pies los acompañaban al mismo ritmo.

“Será un pájaro blanco el que ilumina tu camino para la llegada al Mictlán”, cantaban en coro los que danzaban bajo el duro sol de la tarde.

“El 3 de mayo fue cuando le quitaron la vida a Lesvy. Seguimos pidiendo por ella para que en su camino vaya a la luz junto con todas esas personas que fueron violentadas y terminaron sus vidas”, explicó la danzante.

El caso de Lesvy fue avanzando poco a poco en estos cuatro años. La lucha contra el sistema judicial y los discursos de la UNAM, que en un principio catalogaron su muerte como un suicidio, y con esa hipótesis criminalizaron su vida y la de su familia, rindió frutos y un precedente en la comunidad universitaria.

El esfuerzo colectivo empujó la búsqueda de verdad y justicia que llevó a Jorge Luis Gonzales Hernández a un tribunal y fue sentenciado a 45 años de prisión por el delito de feminicidio contra Lesvy. Sin embargo, el caso aún no está cerrado, ya que hay herramientas legales que podrían dejar al sentenciado en libertad.

El ritual terminó con paz, el copal se apagó y el altar se enterró para regresar los elementos a la tierra. Esta fue la última de las cuatro ceremonias tradicionales que cada año acompañaron a Lesvy para su entrada al Mictlán.

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