Con carros alegóricos, batucadas y banderas multicolor, la comunidad LGBTIQ+ volvió a ocupar las calles de la Ciudad de México para conmemorar la 47ª Marcha del Orgullo, donde miles de personas alzaron la voz en defensa de sus derechos.
El evento, lleno de alegría, color y lucha, reafirmó que el orgullo sigue siendo protesta.
Este año, uno de los principales llamados fue por el respeto sin fronteras políticas ni sociales, así como el reconocimiento pleno a las personas LGBT+ en movilidad y situación de refugio.
“La Ciudad de México debe ser ciudad santuario, referente global en derechos humanos para personas diversas”, expresó una integrante del comité organizador.
Justicia y memoria
Durante el recorrido, hubo un momento de pausa frente al Monumento a las Mujeres que Luchan, donde se guardó un tramo de silencio en memoria de las víctimas de crímenes de odio.
Se recordó que 2024 fue el año con mayor número de asesinatos de personas LGBTIQ+ en México.
“Nos siguen discriminando e invisibilizando. Mientras haya una persona violentada, las marchas seguirán siendo de protesta”, advirtió Amanda Verdrag, activista.
La movilización también visibilizó las luchas de sectores históricamente ignorados dentro de la diversidad sexual.
“El orgullo será anticapacitista o no será. Las personas con discapacidad también formamos parte del colectivo y exigimos nuestros derechos sexuales y reproductivos”, dijo Guz Guevara, activista disca.
Madres, hermanos y aliades se unieron a la marcha con mensajes de apoyo incondicional.
“Es la primera vez que vengo. Vengo a abrazar a quienes no tienen ese amor de mamá”, expresó Leticia Camarillo, madre aliada.
Mario Luna, asistente, señaló que el respaldo familiar puede ser un empuje emocional vital.
La representación de las infancias trans también tuvo presencia. “Existimos y resistimos todos los días”, dijo una vocera, exigiendo igualdad en el acceso a derechos.