En México viven 4 mil personas en situación de calle, 10% son niños y niñas, y alrededor de 2 mil 500 viven en albergues, señalan los censos más recientes de instancias civiles y el Gobierno capitalino, a través de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social, sin embargo, el reto principal es lograr su inclusión y reconocer que son personas de derechos.
Una de esas historias que vivió la experiencia en condición de calle fue la activista Kenia Cuevas Fuentes, fundadora de la Asociación Civil Casa de las Muñecas Tiresias y de la Casa Hogar Paola Buenrostro, en entrevista con Amanda Drag en la Verdrag, contó que su historia forma parte del universo de experiencias de las personas que viven en condición de calle que son de la comunidad trans.
Y es que en su caso la activista contó que desde los nueve años se vio obligada a huir de la violencia y discriminación que vivía al interior del seno familiar, después comenzó a trabajar como trabajadora sexual y se vio expuesta al consumo de sustancias psicoactivas. Fue víctima de distintos tipos de violencia, discriminación y hasta sufrió de abuso de autoridad, relató.
La activista señaló que existen causas profundas en los contextos que llevan a las personas a vivir en dicha condición, por lo que se deben generar programas de reinserción social que no sean asistencialistas sino integrales que brinden acompañamiento.
Por su parte, Elía Evangelista, coordinador general de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social, detalló que en ese camino se deben reconocer los derechos de las personas, además de utilizar metodología participativas y colaborativas que considere sus historias de vida y tener enfoques interseccionales.
“Tienen necesidades , fortalezas y capacidades. Ese enfoque permite se requieren metodologías para acompañar no decirles qué deben hacer sino acompañar”, sostuvo en la entrevista.
Sin embargo, Kenya reclamó que faltan protocolos de actuación y cambios institucionales, “porque hay bloqueo desde sus reglamentos internos y genera discriminación” dijo y agregó que esos protocolos deben ser institucionales, deben participar todas las instituciones, para que con los cambios de gobiernos no se pierdan los avances logrados.
En ese conjunto de acciones, coincidió Kenya y Elía, también existe la responsabilidad de los medios de comunicación para generar conciencia, empatía y sensibilización hacia las personas que viven en esta condición.