De carrizo, hilaza y cartón son sus entrañas, su piel de papel multicolor. La magia define su identidad.
En el caso de los alebrijes, algunos se comportan como si tuvieran vida, son tan caprichosos que uno se clava en hacerlo de una forma y el alebrije no se deja, y termina teniendo su propia identidad”, Raúl Rosas Rodríguez, artesano
Los creadores de esta figura reptiliana lo bautizaron como Guerrero Riva.
Hace alusión a la colonia Guerrero y al callejón Riva Palacio que es donde se creó la pieza”, Roberto Gutiérrez Vega, artesano.
Habitantes de los barrios de la capital, tomaron pintura y pincel para hacer comunidad en torno a la creación de estas míticas piezas.
Todos tenemos un alebrijero en la cabeza, a todos nos llega en un momento la imaginación y hay que aprovecharla para plasmarlo”, Roberto Gutiérrez Vega, artesano.
Tres de las diez piezas monumentales que recorrerán el Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México el próximo 31 de octubre, fueron presentadas este miércoles en el Museo Kaluz, reclamando con ello un espacio que dicen, es netamente chilango.
Los alebrijes son totalmente originarios de la ciudad de México, la gente piensa que son de Oaxaca pero en realidad los de Oaxaca son de madera y se llaman tonas, aquí el alebrije es de papel”, Raúl Rosas Rodríguez, artesano.
Las piezas fantásticas que participarán en el recorrido, fueron creadas por 138 personas, artesanos, con la colaboración de niños y niñas que se estrenaron como talleristas de cartonería.
Pinté mi primer alebrije que fue chiquito y me vine a pintar el grande”, Fernando Jiménez Martínez, niño tallerista.
Me gustó mucho como terminó porque fue un trabajo de niños”, Miguel Rodríguez García, joven tallerista.
Estamos presentes en la entrega de Alebrijes Monumentales trabajados en distintos predios de la Colonia Guerrero @MuseoKaluz @ach_CDMX @map_mexico @DuniaLudlow @BStacruz1 @CoReCiudades @MUCD pic.twitter.com/MPYWMspKtO
— Fundación Kaluz (@FundacionKaluz) October 6, 2021
Fue un trabajo en equipo, dicen, para crear a nana buche y nenepil, otra de las mágicas piezas.
No se si fue mucho amor por las carnitas, porque le pusieron de nana, buche y nenepil así le pusieron a este Tucán, y está intervenido con sus manos, casi no usamos pinceles”, Raúl Rosas Rodríguez, artesano.
Estos alebrijes se lograron gracias a la donación de empresarios y del Museo Kaluz de la Ciudad de México.