Hace casi 15 años, un 24 de abril, Ciudad de México aprobó la despenalización de la interrupción del embarazo para que las mujeres pudieran tener un aborto seguro.
Esa reforma provocó un debate entre la Iglesia y el Gobierno que llegó incluso a las denuncias. Pero luego de 15 años, ¿cuál es la posición de las partes involucradas? ¿Cuál es el posicionamiento, específicamente, de la Iglesia católica?
Para hacer este trabajo periodístico hubo un acercamiento a algunas iglesias, incluso académicos; sin embargo, son pocas las declaraciones.
En la alcaldía Iztapalapa, un clérigo de aproximadamente 50 años de edad accedió a dar unas breves manifestaciones, “y sólo unos minutos, por favor”, antes de advertir “cero grabaciones y fotografías”, tomando en cuenta que no se les está permitido hablar a medios, “porque para eso, están los voceros de la Arquidiócesis, usted comprende”, dice ‘Juan’, a quien así nombraremos, en entrevista con Once Noticias.
“Mire, lo del aborto, yo no estoy a favor por una simple razón, yo respeto la palabra de Dios, respeto a la Iglesia en la que me formé y respeto la Biblia, ¿sabe usted que nuestra Biblia, que fue el libro que hizo el Espíritu Santo, dice que todas, ¡todas!, las vidas son sagradas y, por lo tanto, se considera que un aborto es poner fin a una vida que se está gestando; no concebimos el aborto y eso ya se ha dejado claro en muchas ocasiones”.
¿Qué sucede cuando ese bebé que está en gestación trae alguna malformación o fue producto de una violación? Ante tal interrogante, el Padre ‘Juan’, haciendo una mueca como de resignación, sostiene que esas circunstancias son parte de los problemas que se deben enfrentar.
“Porque Dios sostendrá a esos padres, para poder dar a su hijo amor y caridad, hasta el final. Y repito, usted debe saber que nuestra Iglesia, la más respetada del mundo, siempre se opondrá a algo contrario a la vida y hasta al aborto, aunque las condiciones prenatales muestren malformaciones en el feto o el embarazo suponga un peligro para la salud de la mujer; es algo que se debe enfrentar por voluntad de Dios”, recalca.
Y, aunque en reiteradas ocasiones a este medio se le remite a la Arquidiócesis de México, la postura de ésta ya fue clara, desde 2017, cuando la despenalización del aborto cumplió 10 años.
En ese entonces, Hugo Valdemar Romero, quien fungía como vocero de la Arquidiócesis, señaló que la interrupción del embarazo era “inmoral” y “criminal”, porque se pretendía solucionar una problemática atentando contra la vida; y reconoció que las mujeres que deciden abortar lo hacen por presiones económicas.
“De ninguna manera se puede considerar un triunfo asesinar a un ser humano, el aprobar una ley para eliminar seres humanos es un fracaso social, moral y también en el ámbito religioso, porque quiere decir que quien hace esto no tiene conciencia del grave pecado del aborto”, subrayó en ese año.
No obstante, la postura del párroco no dista tanto de la de sus colegas. Aunque algunos van más allá. Por ejemplo, en septiembre de 2021, en Coahuila, un sacerdote católico hizo una apología al feminicidio. Y, evidentemente, la polémica no se hizo esperar. Sobre todo, porque ese ensalzamiento provenía de un clérigo.
En su homilía dominical se refirió a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo de manera voluntaria.
“No apoyen a las jóvenes matando a sus hijos para que dejen de estorbar y se diviertan, mejor maten a sus hijas para que ellas no estorben”, declaró ante el padre Lázaro Hernández Soto en la iglesia La Salle de Monclova, Coahuila.
Inmediatamente, la colectiva feminista Marea Verde – Altas Montañas lamentó en redes sociales el discurso de odio de ese Padre; además, externó su preocupación por el mensaje que envía la Iglesia Católica en contra de las mujeres.
¿Qué hay de la reforma en materia de despenalizar el aborto?
Hay que recordar que, en abril de 2007, la Asamblea Legislativa aprobó la reforma al Código Penal que implementa en Ciudad de México el sistema de plazos en materia de aborto.
La antropóloga y académica Marta Lamas, en un artículo titulado “La despenalización del aborto”, escrito para la revista Nueva Sociedad, indicaba en 2009 que esta despenalización era “única en su tipo” en América Latina, donde la Iglesia católica “continúa siendo el principal obstáculo para que las mujeres puedan interrumpir legalmente los embarazos no deseados”.