El pasado 19 de septiembre la plaza comercial Centro Coyoacán, ubicada en avenida Universidad, en la alcaldía Benito Juárez, cerró sus puertas. Esta plaza permaneció abierta durante 33 años. Fue inaugurada en 1989, por el arquitecto Javier Sordo Madaleno, y el inmueble es propiedad del Grupo Palacio de Hierro.
Con este cierre se anunció también que el próximo 23 de septiembre se inaugurará el centro comercial del complejo Mítikah, sólo a unos metros de distancia, sobre avenida Real Mayorazgo.
Con esta situación, habitantes originarios del pueblo Xoco revivieron su preocupación y rechazo ante este megaproyecto, por la posible construcción de más edificaciones.
Desde hace algunos años, cuando se anunció la expansión de estos megaproyectos, los habitantes se opusieron de forma rotunda y denunciaron afectaciones a este sitio histórico. Y es que entre esas problemáticas resalta que los habitantes no tienen acceso al agua y los costos del predial se han disparado.
El pueblo originario de Xoco ante la expansión gentrificadora
La vida de don Álvaro Antonio Rosales, un hombre de la tercera edad, cambió de la noche a la mañana desde que llegó el rascacielos construido por la empresa Mítikah. Su paz, la tranquilidad en su pueblo, el agua e incluso el sol, parecen haber desaparecido. Rosales dice que el sol se oculta tras esa altísima torre, a partir de las cuatro de la tarde; la oscuridad llega temprano a Xoco.
Oriundo de este pueblo, Rosales comenta a Once Noticias que los habitantes no fueron tomados en cuenta en los planes de desarrollo de este proyecto por lo que se vulneró su derecho a una consulta libre e informada tal y como ordenan las leyes creadas para proteger a pueblos originarios.
Este sitio guarda tras de sí una historia que se remonta a los años 225-550 d.C. cuando se estableció una aldea teotihuacana. Rosales cuenta esta referencia para resaltar la importancia histórica que tiene su pueblo.
Rosales denuncia otras de las problemáticas es el costo del predial que se ha incrementado de manera exponencial: hace 10 años, los vecinos pagaban un máximo de 2 mil pesos de contribución por ese impuesto. En la actualidad los costos alcanzan los 60 mil pesos.
Álvaro Rosales expresa que los habitantes originarios no cuentan con la cantidad suficiente para cubrir estos adeudos, ya que muchas de esas personas son adultas mayores.
Por ahora, existen especulaciones sobre el destino de este sitio, sin embargo, Don Álvaro señala que este espacio no beneficiará a los habitantes originarios y teme lo peor, pues relata que de acuerdo con sus propias indagatorias, en el terreno podría haber tres torres más de 35 pisos, asimismo dentro del extinto Centro Bancomer existirá una torre gigante de 53 pisos que podría convertirse en un hotel de renombre.
“Nosotros sabemos que esto va a ser un caos, aquí -en Mítikah- van a ser 14 mil estacionamientos (…) imagínese que caos va a ser. Dentro del pueblo eran callecitas chiquitas, pero desgraciadamente estamos rodeados de cuatro avenidas principales: Churubusco, Universidad, Popocatépetl y México Coyoacán. La paz se va a romper”, expresó a Once Noticias.
¿Quién está detrás del centro comercial Mítika?
Mitíkah, ciudad viva o sólo Mítikah es el nombre de este megraproyecto. El diseño estuvo a cargo de los estudios Pelli-Clarke-Pelli, una firma estadounidense. El diseño estructural se hizo con alianza entre WSP Cantor Seinuk, una empresa canadiense con raíces estadounidenses y británicas que cotiza en la Bolsa de Valores de Toronto, e Ideaurban una consultora de obras –entre los trabajos que ha dirigido esta empresa está el Hotel Marquís Reforma, la coordinación de obra de Reforma 222 y la coordinación y dirección de los segundos pisos en la CDMX–.
Este centro comercial tuvo una inversión de 22 mil 500 millones de pesos y abarca una extensión de 120 mil metros cuadrados, equivalentes a dos veces el Estadio Azteca. Además, según información de Mítikah, esperan recibir una afluencia de entre 50 mil y 60 mil personas diarias.
El espacio contará con 280 espacios comerciales. Sumado a ello habrán tres torres de oficinas, una de 675 departamentos para venta y renta, una torre de consultorios médicos, un hospital y un hotel. La construcción duró 14 años, el mismo tiempo que llevan los habitantes de Xoco con su lucha.
Este proyecto fue autorizado en julio de 2020, por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, a través de la Dirección General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental (DGEIRA).
El representante tradicional del Pueblo de Xoco detalló que poco a poco las torres como Mítikah o Urbano Park, han cercado a esta comunidad con el fin de que no se vea, como si fuera un proceso de desaparición o borramiento.
“Ya ve que está de moda la llamada gentrificación, entonces es eso: subirte los predios y no tener agua para que tarde o temprano te tengas que ir y esto sin contar las amenazas de que debes esto, debes aquello, para tratarte de quitar tu casa (…) Al pueblo indígena no lo respetaron cuando es la autoridad la que lo tenía que haber hecho”, señala.
Mítikah y el despojo territorial del pueblo de Xoco
Arturo Aparicio, asesor legal del Pueblo de Xoco, señala que el centro de la ciudad está ubicado en esta zona geográfica, debido a sus conexiones con amplias avenidas.
“Xoco es un punto realmente central, donde se mueven todos los negocios y que se conectan con todas las áreas. Tiene todas las vialidades cerca: Río Churubusco, Avenida Universidad y Ciudad Universitaria. Xoco no tiene ese caos del centro de la ciudad y es un punto muy atractivo para los negocios y para el sector inmobiliario”, indicó.
Además, este sitio histórico cuenta con centros de entretenimiento y puntos de encuentro cultural como la Cineteca Nacional o el Centro de Coyoacán.
El litigante señaló que el Proyecto Mítikah ha generado un gran descontento por parte de los habitantes originarios del Pueblo de Xoco. Y es que Mítikah ocupa más de dos terceras partes del territorio del pueblo.
“Estamos hablando de más de dos terceras partes del territorio del pueblo de Xoco del que se ha autorizado su modificación en los últimos 15 años. La inconformidad de los vecinos es porque ha modificado completamente su vida, las costumbres y tradiciones del pueblo han ido cambiando, porque ha llegado nueva población con mayores ingresos que discrimina sus costumbres y fiestas tradicionales y esto ha mermado el desarrollo tradicional del pueblo”, resalta.
Por ahora, Antonio Rosales explica que han emprendido una ruta legal, para conocer el destino de estos proyectos.
El asesor legal detalló que si continúan con las megaconstrucciones, las personas inconformes podrían acudir en un mediano plazo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o a la Corte Penal Internacional, para defender este territorio, pues lo que ocurre, dijo, “es un proceso de gentrificación sumado a un proceso histórico de despojo del territorio”.
El abogado explicó que esto pasa con todos los pueblos originarios en el país y Xoco no se ha visto ajeno, ya que también ha padecido el impacto por la colonización y la expansión inmobiliaria en CDMX.
Las afectaciones de estos proyectos no sólo se observan en el desplazamiento físico de las personas, que se ven obligadas a dejar sus barrios y pueblos, sino también en el impacto cultural que tiene el despojo, ya que estos proyectos no consideran la relación, los significados y la importancia que generan las personas con sus territorios.
“Muchos de los que hemos estudiado el caso de Xoco, que de lo que se trata no es solo de un proceso de gentrificación sobre un pueblo originario. Estamos hablando de un proceso de genocidio, porque vas a extinguir a un pueblo, no porque vayan a matar a la gente, pero si porque vas a desaparecer la riqueza del pueblo originario”, señaló.
El abogado enfatizó que este suceso es un claro caso de desplazamiento forzado, “sutil, pero desplazamiento forzado al fin y al cabo”, dijo. Por ello, vecinos y vecinas buscan detener el crecimiento de este proyecto comercial e inmobiliario, para que no continúe vulnerando los derechos del pueblo originario de Xoco.
“Ahorita que se anunció el derrumbe del Centro Coyoacán, ellos quieren saber ¿Por qué se va a derrumbar? ¿Qué se piensa construir ahí? Hay que decir que la alcaldía no responde todavía y ella tiene la última palabra, porque otorga las manifestaciones de construcción”, expresó el abogado.
Este miércoles los vecinos sostendrán un encuentro con autoridades de la Secretaría de Desarrollo Urbano y de Vivienda de la Ciudad de México. El jueves 22 de septiembre se reunirán con representantes de la alcaldía y el viernes realizarán un bloqueo sobre la lateral del Circuito Interior Avenida Río Churubusco 601, en Xoco, para protestar por la apertura del Centro Mítikah considerado como el más grande de CDMX y de América Latina.