Con cantos y ofrendas a los pies de una pirámide en Ciudad de México, pueblos originarios invocaron este viernes la lluvia para salvar sus cultivos y aplacar una ola de calor que han dejado las reservas de agua en niveles críticos.
“Hicimos una petición de lluvia (…), la finalidad es que tanto Dios como la tierra madre nos brinde agua para poder cultivar”, dijo Luisa Sánchez, de 58 años, quien viajó hasta la capital desde el estado de Tlaxcala.
Los rituales en Ciudad de México se celebraron en las faldas de la pirámide de Cuicuilco, un vestigio prehispánico rodeado por pastizales secos. Las ceremonias incluyeron cantos y música de tambores y flautas.
Como si sus plegarias hubieran surtido efecto, lluvias con granizo refrescaron algunos sectores de la megaurbe, que a mediados de abril registró su temperatura más alta, 34.2 grados centígrados.
Las autoridades meteorológicas pronostican que el termómetro en la capital se mantendrá sobre los 30 grados en los próximos días, y superará los 45 en regiones de los sureños estados de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Tabasco, así como en Michoacán y Veracruz.
Los participantes también colocaron ofrendas con pétalos, agua, calabazas y granos de maíz, así como copal, una resina vegetal muy utilizada en rituales por pueblos prehispánicos.
“Si no llueve va a haber pérdidas totales en los cultivos (de maíz, frijol y haba)”, advirtió Sánchez después de colocar una ofrenda.
“Cada año es más caluroso, hay menos humedad, los árboles están a punto de secarse”, dijo por su parte Ciro Flores, de 49 años, quien se desplazó desde el estado de Puebla.
Varias de las canciones del ritual se hicieron en la lengua indígena náhuatl.
Debido a la sequía, las autoridades han señalado que los niveles de varias presas en el país están en niveles alarmantes, lo que ha generado preocupación entre sectores productivos, principalmente el agropecuario.
Este viernes, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) alertó del inicio de otro ciclo de calor.