En el Salón Tenampa, a un costado de la Plaza Garibaldi, no deja de escucharse a Vicente Fernández.
“Para Vicente Fernández yo creo que venir aquí era como venir a su casa”, dijo Ernesto Jiménez, jefe de piso del Salón Tenampa.
Desde las dos de la tarde, la gente acude devotamente a rendir su pésame; frente a la mirada compasiva en la pintura del “Charro de Huentitán”, un altar de flores recibe a fieles de todo el mundo.
“Es un poco aventurado dar una cifra, pero yo creo que sí ya subido un 30 por ciento la afluencia”, agregó.
“Sabemos que aquí lo estaban homenajeando y queríamos formar parte de este homenaje”, mencionó Nancy Temoche, visitante de Perú.
“En los mariachis y en los palenques, fue una persona que siempre dio un consejo, una persona que fue cálida y fue una persona que te tendió su mano cuando tuvo la oportunidad de ayudarte. Los ídolos del pueblo se convierten en ídolos cuando se les olvida su grandeza y se convierten en personas reales, tangibles y cercanas al pueblo”, comentó Aura Santiago, compositora.
Entre rezos y cantos la despedida no termina.
Aunque la gente ríe, se saborea un trago amargo; cuando canta, se delata el nudo en la garganta.
“Desde las antiguas hasta las modernas. Así que las hemos cantado siempre en grupo, solos y en karaoke”, señaló Oscar Silva, visitante de Perú.
Un día en Garibaldi, en el que todas las peticiones son las mismas. Hoy todos los mariachis cantan a Vicente Fernández.
“En promedio, 80% más de lo que pedían antes. Pero de las canciones que más piden, o sea si tú me dijeras ¿Qué canción te piden más aquí para cantar? Yo te diría: la primera, las ‘Mañanitas’. La segunda, ‘Hermoso cariño’. Y ‘Hermoso cariño’ la canta Vicente Fernández”, puntualizó. Antonio Covarrubias, integrante del Mariachi Nacional de México.
El Salón Tenampa abrirá sus puertas toda la semana para acceder a la pintura, y surgen planes para organizar un homenaje.
“El día de mañana nos reuniremos con dirección para ver si se va a hacer algo para Vicente Fernández”, concluyó el jefe de piso del Salón Tenampa.