Valle de México

Rescate animal más que una profesión, una pasión

Todos los días, Hugo Larios recibe reportes de auxilio.

“Servicio de emergencia animal, buenas tardes. -Hola, buenas tardes, no sé si me puedan ayudar con un caso de un perrito atropellado’’, Hugo Larios, del área de Servicios y de Emergencia Animal de la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama.

Escucha con atención y pide a la persona que está al otro lado del teléfono que no se separe de la víctima.

 

Te puedes quedar con el perrito en lo que llegamos, en lo que llega la unidad. -sí, claro yo estoy aquí con él-. Ok, cuál es tu número, por favor’’, consideró Hugo Larios, del área de Servicios y de Emergencia Animal de la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama.

Hugo es rescatista animal, profesión que requiere de conocimiento, temple, condición física y empatía para entender el sufrimiento de los animales lastimados en vía pública.

Pronto, enciende motor, luces y sirena de la ambulancia, la única de su tipo en México. 

 

Es la primera unidad modificada y hecha exclusivamente para ayudar a animales accidentados en la ciudad de México, principalmente atendemos animales como perros y gatos accidentados o atropellados, como una vez que han sufrido algún tipo de lesión grave’’, aseguró Hugo Larios.

El 98% de las llamadas que llegan a “Cambia un destino”, programa de la fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama, son casos de perros, el dos por ciento restante son de gatos y fauna silvestre.

La ambulancia se abre paso entre los automovilistas, debe llegar lo antes posible, una vida está de por medio.

 

En realidad es un proyecto mío que yo fui elaborando hace 18 años, que es lo que más o menos llevo trabajando aquí en la fundación, evidentemente no empezamos con algo como esto, pero al pasar del tiempo y al pasar de los reportes, me fui dando cuenta que necesitábamos una herramienta específica para ellos, me hacía preguntas yo, de por qué si hay ambulancias para personas porque no para animales, cuál es la diferencia, pues’’, afirmó Hugo Larios.

La unidad de rescate cuenta con todo para que ningún animal se quede sin la atención que necesita.

 

Tenemos todo el equipo, tenemos botiquines, tenemos equipo de rescate vertical, tenemos el equipo de oxigenación, en caso de que lo necesiten y un montón de herramientas como palas, picos, cizallas’’.

Al legar a una calle de Mixcoac, Hugo conoce a luna, una perra mestiza que, al decir de sus dueños, salió corriendo de su casa y fue atropellada.

Le aplica un sedante para examinarla.

Inicia por su cabeza para descartar otros posibles daños.

Primero que nada hay que ver si tiene una lesión en el cráneo, alguna fractura, que tenga sus ojos bien. ¿cuántos años tiene luna? -cinco, seis años tiene ella-.

Luna presenta quemaduras por la fricción de la llanta del coche que la atropelló y fractura en una pata trasera.

Le aplica un antiséptico y la venda.

Parece que no tiene hemorragia interna, puede que solamente quede en fractura o luxación, eso lo vamos a confirmar con unos estudios radiográficos en el hospital.

Los primeros auxilios, el traslado y la valoración médica en uno de los hospitales de la fundación no tienen costo, no así los estudios y las cirugías que se requieran.

 

Si es cierto que rescatar un animal cuesta y si porque hay que hacer cirugía, muchas veces cuando son cuestiones ortopédicas el costo suele elevarse, entonces hay que tomar en cuenta la economía’’, aseguró Hugo Larios, del área de Servicios y de Emergencia Animal de la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama.

Para que este programa pueda seguir en las calles, la fundación solicita donativos y busca que los reportantes se conviertan en protectores de los animales, por lo menos hasta que sanen.

La gente tiene el chip de reportar y yo me voy y ahí te haces cargo tú, o sea nosotros, pero hablando con las personas siempre les decimos: yo no puedo con el paquete completo.

 

Si es un reporte al año, pues podríamos, pero diario te hablo que son tres reportes diarios efectivos, entonces imagínate tres por 365 días del año, con todo eso no podríamos.

Así el rescate animal se convierte en un trabajo conjunto para salvar la vida de los que, muchas veces, no son tomados en cuenta.

 

 

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