Joaquín recuerda cómo fue que inició todo. Él padece de un trastorno de ansiedad. Primero confusión, dificultad para concentrarse, dolor en el cuello, luego todo fue empeorando. Los días pasaron y los padecimientos aumentaron: respira agitado, ve de un lado a otro, las manos le sudan, camina de un lado a otro, la boca seca, el corazón palpita acelerado, el aire parece acabarse en el entorno.
Tiene claro que requiere ayuda. Asiste primero con un médico general, quien al notar sus síntomas decide canalizarlo con un médico especialista en psiquiatría.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registra que al menos 25% de la población ha experimentado algún síntoma de ansiedad. En México, alrededor de 14% de la población de manera anual padece trastorno por ansiedad.
Pero, ¿qué es esto?
Para responder a esta pregunta, buscamos al doctor César Amaury Sánchez, médico psiquiatra del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, dependiente de la Secretaría de Salud.
El especialista define a la ansiedad como una experiencia humana, parte de nuestra naturaleza, compuesta por tres factores clave:
- Elemento emocional que tiene que ver con experimentar miedo;
- Elemento cognitivo relacionado con las ideas y el pensamiento, en el que presentan preocupaciones, así como anticipación a elementos futuros;
- Elemento físico en el que se acelera la frecuencia cardíaca, respiración acelerada, sudoración extrema, llamada diaforesis, e incluso en casos extremos nauseas o dolor de cabeza.
“Todos podemos experimentar esto en múltiples momentos de nuestra vida, la ansiedad tiene una razón de ser porque tiene una razón evolutiva, tiene que ver con la mera supervivencia, anticiparnos a lo que nos puede pasar tiene muy claras ventajas”, indica.
Al referirse al tema, la psiquiatra Carmen Guarner apunta que existen varios tipos de ansiedad, entre ellos, el trastorno de ansiedad generalizada, en el que la persona tiene constantes preocupaciones, “todo el tiempo están preocupados mientras piensan, ¿cuáles son los escenarios futuros ante alguna situación vivida”.
“Casi siempre existe un componente que se llama anticipación catastrófica, que es pensar que lo peor va a pasar, por ejemplo, alguien está esperando a su hermana porque nos dijo que iba a llegar de trabajar un poco tarde, a lo mejor son las 10:30 de la noche y ya se le hizo tarde, y en lugar de decir viene tarde porque hay mucho tráfico, empezamos a pensar en situaciones catastróficas ‘a lo mejor ya chocó, a lo mejor tuvo un accidente, entonces empezamos a pensar una fantasía en donde el escenario más grave ocurre”, precisa.
En torno a ello, el psiquiatra Amaury Sánchez advierte que cuando estos episodios se repiten de manera reiterada y empieza a impactar en las actividades diarias de la persona y su funcionalidad se puede hablar ya de un trastorno de ansiedad, un problema de salud que hay que atender.
“Lo que ocurre es que estas experiencias se vuelven tan intensos o tan persistentes, en el tiempo o ambas, incluso empiezan a ocurrir cuando no haya necesariamente una circunstancia que los desencadene de forma lógica (…) si uno está todo el tiempo preocupado, con síntomas físicos es ahí donde se puede pensar en un trastorno que requiere tratamiento”, externa.
El especialista detalla que de acuerdo con las estadísticas mundiales, es que la mayoría de las personas que requieren tratamiento por la ansiedad, primero tienden a acercarse a un médico de atención primaria, algo que a decir del psiquiatra, es lógico, pues muchos de ellos están capacitados para tratar este tipo de afecciones.
Sobre ello, la psiquiatra Guarner añade que para diagnosticar la gravedad de un trastorno de ansiedad se debe de acudir con un psiquiatra para realizar una valoración pues “uno no puede autodiagnosticarse para saber cuál es el grado de ansiedad”.
En su turno, él doctor César Amaury detalla que el tratamiento inicial está vinculado con tres estrategias terapéuticas. La primera, que consideró esencial, tiene que ver con el autocuidado, por ello, dijo, es necesario realizar ejercicio de manera cotidiana, además de asegurar que el sueño reparador sea el suficiente y de adecuada calidad.
“Debemos asegurarnos de no consumir tabaco, no exceder nuestro consumo de alcohol y café, elementos que parecen sencillos y que benefician a la salud en mucho sentidos, pero esto también evita que la ansiedad, sea excesiva”, consideró.
La psiquiatra Guarner añade que cuando los padecimientos de ansiedad, no pueden ser tratados con rutinas simples como ejercicios de respiración u otros, resulta necesario acudir con un psiquiatra, quien podrá recurrir a un tratamiento psicoterapéutico de manera completa, pues en ocasiones dos o tres consultas no son suficientes.
“Y para quienes a pesar de corregir su conducta, continúan con estos síntomas existen tratamientos que regulan químicamente la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, como antidepresivos, que son medicamentos no controlados, que el psiquiatra debe de recetar con cuidado. Lo más importante es aclarar que estos medicamentos son medicamentos muy seguros, que no generan adicciones”, señala.
Pero advierte que los tratamientos con medicina suelen ser prolongados, pues en un lapso de un año se pueden ver los resultados.