La ONU lanzó el sábado un llamado urgente a los donantes para ayudar a los agricultores afganos a combatir la sequía, que amenaza con reducir los medios de subsistencia de siete millones de personas.
La sequía, la pandemia de COVID-19 y el desplazamiento de la población causado por la ofensiva de los talibanes, que tomaron el control del país, “golpearon duramente a las comunidades rurales de Afganistán, especialmente a sus cultivadores y ganaderos”, alertó en un comunicado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Unos 14 millones de afganos, dos millones de los cuales son niños, padecen actualmente inseguridad alimentaria grave. O sea un afgano de cada tres. Tres millones de animales están en peligro.
Si no ayudamos a las personas más afectadas por la sequía severa, muchas de ellas tendrán que abandonar sus granjas y serán desplazados”, advirtió el director general de la FAO, Qu Dongyu.
Esto puede empeorar la inseguridad alimentaria y es una mayor amenaza para la estabilidad de Afganistán”, agregó.
La FAO pide 18 millones de dólares (unos 15 millones de euros) para ayudar a combatir la sequía, lo que ayudaría a 250 mil agricultores y sus familias.
El Programa Alimentario Mundial (PAM) estimó a mediados de agosto que se necesitaban unos 234 millones de dólares de aquí a finales de año para garantizar la asistencia a las poblaciones más vulnerables de Afganistán.