
Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad de Guanajuato señalaron que si bien la Reforma Electoral propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador es sumamente relevante y profunda, tenderá a concentrar el poder en el Ejecutivo Federal y en los gobernadores.
Al participar en la mesa redonda “Perspectivas sobre la reforma electoral en México”, el doctor Fernando Barrientos del Monte, académico de la Universidad de Guanajuato, calificó la iniciativa presidencial como “muy interesante y muy profunda”, debido a que pocas veces una reforma en la materia ha tenido la intención de modificar muchos aspectos de cómo se hacen las elecciones y del sistema electoral.
Sobre ello apuntó que en la propuesta de 66 páginas, enviada por el Ejecutivo, no existe algún estudio detrás de ella, y con ello no hay una buena justificación para sustentarla.
“Es cierto que lo que están pensando es que sea un texto que se lea ágilmente pero no hay un buen diagnóstico, eso es lo que a mí me preocupa y creo que debería preocuparnos a todos”, apuntó.
Barrientos del Monte resaltó que el diagnóstico que está detrás de esta iniciativa, es simplemente el discurso de la austeridad al advertir que al reducir a los integrantes de las Cámaras y a los ayuntamientos, habrá una mayor eficiencia legislativa.
“Puede ser que sea más eficiente, pero en realidad vamos a tener una democracia menos representativa, con menos deliberación”, resaltó.
Desde su punto de vista, disminuir de 500 a 300 el número de diputados, no mejorará la representación, lo que realmente se requiere, dijo, es mejorar la calidad de la representación.
Por otra parte, resaltó que la creación de dos autoridades electorales no parece tan mala idea; sin embargo, no está orientada a fortalecer la gestión de las elecciones, sino que se orienta a controlar a los órganos electorales.
El académico indicó que el inconveniente de esta iniciativa es que propone elegir a los miembros del Consejo Electoral y a los miembros del Tribunal Electoral por medio del voto popular. Remarcó que esa propuesta se implementó en Bolivia y no funcionó, pues, las autoridades electorales tendieron a tomar decisiones para beneficiar al partido en el poder.
“Creo yo que la Reforma tiene muchas aristas, por primera vez se propone una reforma muy profunda, pero lo preocupante es que no está orientada a mejorar la calidad de la representación. Desde mi punto de vista, las democracias no deben de medirse por si son caras o son baratas, deben de medirse por qué tan eficientes son”, dijo.
Por su parte, Karolina Monika Gilas académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincidió con los planteamientos del doctor Fernando Barrientos del Monte y complementó al señalar que este tipo de Reformas no son ni urgentes ni necesarias.
“Es decir, si vamos a (las elecciones) 2024 como estamos ahora con el marco regulatorio que tenemos, creo que no pasa nada y, por el contrario, estaríamos mucho mejor de como estamos ahorita”, indicó.
La catedrática universitaria, dijo, tener sentimientos encontrados con la propuesta de reducir el financiamiento a los partidos políticos, ya que un financiamiento excesivo tiene consecuencias negativas en el sentido de que aleja a los partidos políticos de la ciudadanía y negar los recursos empoderaría al partido más fuerte y afectaría la competencia a mediano y largo plazo.
En abril de este año el Presidente López Obrador envío una iniciativa de Reforma Electoral al Congreso de la Unión.
Sin embargo, la oposición formada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) firmaron una moratoria legislativa, que justamente lo que implica es que no van a avalar ningún cambio constitucional en los últimos dos años y medio que le quedan a López Obrador y si esto se mantiene así no pasarán ninguna Reforma como esta.