A partir de este domingo, Colombia dará un viraje radical a su historia.
Gustavo Petro y Francia Márquez asumirán la presidencia y vicepresidencia de un gobierno distinto.
Un régimen de izquierda por primera vez en la historia del país.
Con una representación pluricultural y equitativa en género, como nunca antes.
Con la voz de los grupos que hasta ahora fueron conocidos como “los nadie”, en las estructuras de los poderes ejecutivo y legislativo.
“Soy muy consciente que mi presencia es la representación de pueblos históricamente excluidos, marginados, racializados y olvidados”, dijo Francia Márquez, vicepresidenta electa de Colombia.
Un gobierno encabezado por quien se formó y luchó en las trincheras de la guerrilla urbana M-19.
Un gobierno que tendrá cuatro años para darle viabilidad al proyecto inclusivo, con énfasis social y programas de combate al hambre y la desnutrición, con educación gratuita y oportunidades para todos.
Ideológicamente inclusivo y políticamente pragmático, con proyecto de unidad nacional.
“Lo que queremos en realidad es que millones y millones de colombianos y colombianas se pongan en modo diálogo. Dialogo vinculante, diálogo para tomar decisiones”, expresó Gustavo Petro, presidente electo de Colombia.
La magna ceremonia en el Congreso será coronada por unas cien mil personas en la Plaza de Bolívar, frente al propio recinto legislativo.
Un festejo representativo, con actuaciones como la de Manuela Tombé Montana, la niña pianista clásica de 9 años de edad, del pueblo indígena misak.
Pasar de la propuesta a los hechos no será nada fácil; nunca lo es para un nuevo gobierno. Menos cuando el saliente vació las arcas y hereda un déficit público de 83 billones de pesos colombianos, unos 19 mil millones de dólares.
“La realidad fiscal del país, es una gran preocupación, el nivel de endeudamiento y de déficit fiscal que encontramos para el próximo cuatrienio es crítico”, indicó Daniel Rojas, coordinador de la Comisión de Enlace de Gustavo Petro.
Y cargará con situaciones, como la del saliente presidente Iván Duque, quien autorizó de última hora la compra de 263 mil litros de glifosato, un pesticida tóxico que penetra en los frutos de las siembras y daña la salud de los consumidores, y todo pese a que es más que conocido el compromiso de campaña de Petro para erradicar su uso.
Para financiar su ambicioso proyecto social, el gobierno entrante echará mano de una medida poco popular. Una reforma impositiva que prevé mayor carga para los contribuyentes con mayores ingresos.
“La reforma tributaria que cursará en el Congreso de la República, con carácter prioritario, se nos convierte en una reforma imprescindible para llevar a cabo la propuesta de gobierno”, añadió Daniel Rojas.
Y la paz, ese anhelo no alcanzado aún de manera plena, pero que suma ya disposición del gobierno entrante y las distintas dirigencias de guerrillas y cárteles para una nueva y quizá definitiva negociación.