Las temporadas de sismos no existen. Aunque parezca que en septiembre ocurren más sismos, las evidencias indican que durante todo el año hay movimientos telúricos.
Once Noticias platicó con Arturo Iglesias, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN), quien explicó que el trabajo principal de esta institución, a cargo del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es el monitoreo de sismos y no existen razones científicas que indiquen que algún mes en particular sea propenso a que tiemble más.
“En realidad si uno analiza el catálogo del Sismológico Nacional a lo largo del tiempo, la verdad es que no se ve un sesgo particular en el mes de septiembre. Aun incluyendo ese sesgo, si uno ve el catálogo, no es para nada claro que haya una temporada en el año que los sismos ocurran”, señaló.
El jefe del SSN agregó que “desde el punto de vista sismológico, no hay ninguna razón científica para pensar que los sismos pudieran ocurrir más en determinado momento, ni las lluvias, ni la posición del Sol, ni la posición de la Luna”.
El especialista explicó que, desde luego, en temporada de lluvias, como ocurre en septiembre, la tierra se reblandece, sin embargo, la mayor parte de los sismos ocurren a profundidades mayores a 15 kilómetros y la lluvia no tiene impacto a ese nivel de profundidad.
Una coincidencia catastrófica
El 19 de septiembre de 2017, a las 13:14 horas, Ciudad de México se sacudió por un terremoto de magnitud 7.1 grados Richter, una fecha en la que se conmemoraban 32 años del terremoto ocurrido ese mismo día, pero de 1985.
Como en aquella ocasión de la década de los 80, la tragedia se volvió a revivir, y la pregunta que todas las personas se hicieron, y que muchas continúan haciendo, es “¿por qué hoy otra vez?“.
La respuesta para la comunidad científica, en este caso para Arturo Iglesias, es muy simple: se trató de una coincidencia.
“El sismo del 19 de septiembre de 2017 fue una coincidencia asombrosa. Que hayan ocurrido dos sismos en la misma fecha, es simplemente eso. El sismo del año 85 fue un sismo de magnitud muy diferente, en un lugar muy diferente. Aquel fue en Michoacán y el de 2017 se dio muy cerca de Ciudad de México. Nosotros le llamamos que son animales diferentes”, aseguró Iglesias.
En 1985, el epicentro fue en las costas de Michoacán, a más de 400 km de Ciudad de México, mientras que el del sismo de 2017, su epicentro se localizó a 12 km al sureste de Axochiapan, Morelos, y a 120 km al sur de Ciudad de México, de acuerdo al SSN. El Servicio Geológico de Estados Unidos ubicó el epicentro a un kilómetro de San Felipe Ayutla, Puebla.
Septiembre coincide con la creación del Sismológico
La coincidencia incluso se da en el tema de la fundación del propio Sismológico Nacional, pues se trata de una institución creada el 5 de septiembre de 1910 y cuyo objetivo es llevar un registro de la sismicidad en todo el país.
Sobre la coincidencia de que haya sido creado en septiembre, el jefe de esta institución explicó que durante la época porfiriana se crearon muchas cosas en conmemoración del Centenario de la Independencia. Una de ellas fue el SSN.
Arturo Iglesias también declaró que la principal misión del SSN es el cálculo de localización y magnitud de sismos que ocurren en todo el país, así como sus características. Afirmó que tienen el compromiso de que esa información sea lo más expedita posible, por lo que tienen tiempos de respuesta más cortos, dado que la tecnología así lo permite.
Asimismo, el SSN se encarga del resguardo de datos desde que empezó a operar hasta la actualidad. Esos datos se resguardan de manera digital, antes estaban escritos en papeles pintados con los sismogramas hechos con agujas. Iglesias añade que este resguardo es una tarea muy importante, porque esa gran cantidad de datos almacenados permite la investigación en sismología.
En la actualidad hay un proyecto que incluye la digitalización de los sismogramas, ya que el papel se deteriora y es importante preservarlo, para investigación científica y testigos históricos.
“Algo muy interesante es que estos equipos muy antiguos permitían el registro de sismos no sólo en México sino en […] cualquier parte del mundo. De tal manera que muchos de los usuarios de los servicios de digitalización de sismograma no son sólo locales. Los papeles antiguos están en proceso de digitalización y van de los más recientes hacia atrás. Realmente lo que hay que hacer es escanearlos en escáneres especiales, para no maltratar los papeles”, relató.
¿Por qué siempre hay un ajuste en la magnitud de los sismos?
Normalmente cuando ocurre un sismo, el SSN tuitea casi de inmediato con el cálculo de longitud del movimiento, pero en muchas ocasiones lo ajusta algunos minutos después.
Al respecto, Arturo Iglesias explicó que los datos que transmiten son en tiempo real ya que tienen la capacidad de tomar, gracias a la tecnología, 100 muestras por segundo.
“Hay un procedimiento que se sigue para sismos importantes preliminares arriba de 5 grados. Un paso es completamente automático y se trata de un software que permite el cálculo de la magnitud de manera automática, pero luego la información que va llegando [de forma] posterior y que se va almacenando, es analizada por un experto que mejora la localización y vuelve a calcular la magnitud con los datos que llegan. Es por eso [que] hay un segundo paso y ocurre el ajuste. El gran reto es que la parte automática lo haga de mejor manera”, detalló el jefe del SSN.
¿Se pueden predecir los sismos?
La respuesta es no. No existen evidencias científicas ni elementos que los expertos puedan tomar para decir que un terremoto va a ocurrir en cierto día, a una hora específica o en un determinado lugar.
Sin embargo, lo que sí ocurre es que a través del monitoreo de las placas tectónicas se sabe en qué zonas no han ocurrido movimientos telúricos, por lo que existe la probabilidad de que ocurra un sismo debido a la acumulación de energía.
“Hay cosas que sí se saben, por ejemplo, sabemos bien que los sismos grandes ocurren en la Costa del Pacífico en posiciones geográficas bien definidas, entonces cuando no ocurre un sismo en mucho tiempo es razonable pensar que ocurra un sismo […] en esa región. Si en el 85 ocurrió en Michoacán es muy probable que vuelva a ocurrir”, expresó.
El jefe del SSN destacó que desde hace varios años existe evidencia de que no hay sismos importantes en la zona grande de la costa de Acapulco, que va antes de Zihuatanejo.
“Desde 1911 no ocurre un sismo muy grande en esa región. Ahí se le ha llamado la Brecha Sísmica de Guerrero. Por ello se ha instrumentado, de manera más intensiva, incluso se han instalado sismógrafos de fondo marino, que se depositan en el fondo del océano, y permiten la detección de sismos con mayor precisión”, añadió Arturo Iglesias.