Este fin de semana la red social Twitter mantuvo en tendencia la palabra “Méjico”, en la que se discutía la respuesta de la Real Academia Española (RAE) a un usuario sobre la aceptación de la variable “Méjico” como alternativa para escribir el nombre de nuestro país.
La discusión llega tarde, ya que desde 2015, el Diccionario panhispánico de dudas, de la RAE, aclara que “la grafía recomendada para este topónimo es México, y su pronunciación correcta, [méjiko] (no [méksiko]). También se recomienda escribir con x todos sus derivados: mexicano, mexicanismo, etc. (pron. [mejikáno, mejikanísmo, etc.])”.
No obstante, aclara que “la aparente falta de correspondencia entre grafía y pronunciación se debe a que la letra x que aparece en la forma escrita de este y otros topónimos americanos (→ Oaxaca y Texas) conserva el valor que tenía en épocas antiguas del idioma, en las que representaba el sonido que hoy corresponde a la letra j”.
Es así como aclara que “este arcaísmo [Méjico] (no usado actualmente) ortográfico se conservó en México y, por extensión, en el español de América, mientras que en España, las grafías usuales hasta no hace mucho eran Méjico, mejicano, etc. Aunque son también correctas las formas con j, se recomiendan las grafías con x por ser las usadas en el propio país y, mayoritariamente, en el resto de Hispanoamérica”.
Postura ancestral
Según recoge el escritor italomexicano, Gutierre Tibón, en su libro Historia del nombre y de la fundación de México, la primera vez que Hernán Cortés escuchó la palabra “México”, fue en lo que hoy se conoce como Tabasco, en marzo de 1519.
A partir de este contexto “castellanizante”, según Tibón, hay cerca de 70 versiones sobre el origen y significado de la palabra “México”, 11 la hacen derivar del jefe de la peregrinación, fundador de la capital azteca o numen trivial: Mexitli. De ahí también derivan las controversiales: Mecsi, Mesi, Mexi, Mecsi, Metzin, Méxixtl, Mecitli, Mexictli, Mexitli, Mexihtli, Mexihtzin y Mexictzin. Pero nunca, y ninguno, con “j”.
Por su parte, el filólogo mexicano, José G. Moreno de Alba, en su libro Minucias del lenguaje, hace una revisión histórica de la letra “x”, en la que pone en relevancia el Boletín de la Academia Mexicana, y donde se establece que la mayoría de opiniones de intelectuales defiende la x del topónimo México y rechaza terminantemente el uso de la j. Incluso así lo hicieron en su momento Fray Servando Teresa de Mier, Flores y Gardela y Revilla.
En la misma línea, está el recordatorio de que, en la pronunciación del siglo XVI, el sonido sh en “x” cambió a j. De esta manera, se debe entender que la x en mexicano tiene distinto valor fonético que en español (justificación actual de la RAE para decir que es válido Méjico); teniendo ese nuevo valor convencional con el cual se expresa un sonido propio del mexicano, dicha letra no puede ser sustituida por otra sin alterar la ortografía de dicho idioma y oscurecer la etimología de sus vocablos; por consiguiente, en razón de su etimología, debe escribirse México y no Méjico o Mégico.
Argumento castellano
En contraparte, José G. Moreno de Alba rememora a Manuel G. Revilla, académico mexicano y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, quien en 1910 describió las razones por las que no se escribe México sino Méjico. Recuerda que en el siglo XVI, el castellano perdió el sonido sh y se transformó en el que hoy conocemos como j. Eso provocó que los españoles castellanizaran México con j. Esa transformación no le hace perder su valor histórico, sino quizás únicamente el fonético: a veces Mécsico. Así, es posible que eso haya generado la vigente regla de la RAE.
Pero Moreno de Alba no hace a un lado otro aspecto de aferrarnos a México: quitarle a México la x es como si al águila de nuestro escudo se le suprimiese el índico nopal o la ondulada culebra; o como si nuestra bandera se le cambiara alguno de sus tres emblemáticos colores.
Y menos romántico, pero más apasionado fue el escritor Alfonso Reyes al señalar: “fonéticamente debería escribirse con j, porque el lector poco enterado, al ver la x, pronunciará indefectiblemente Mék-si-co. Mas es privilegiado de soberanos y de reyes establecer la grafía para los nombres, y así México se escribirá siempre con x, por tradición, por costumbre e, incluso, por política.
¡VIVA MÉXICO!