¿Conoces los espeluznantes ‘genes de Halloween’ descubiertos en 1994?
El efecto de los 'genes de Halloween' es la producción de ciertas proteínas que controlan el desarrollo de hormonas que influyen en la formación de órganos.
En 1995, la Academia Sueca anunció el Premio Nobel de Medicina, galardón que reconoció el trabajo de Christiane Nüsslein-Volhard, Eric F. Wieschaus y Edward B. Lewis, cuyas investigaciones permitieron elucidar el control genético del desarrollo embrionario temprano.
En 1994, los científicos descubrieron los llamados “genes de Halloween”, identificados en la mosca de la fruta, la famosa drosophila melanogaster.
El efecto de estos genes es la producción de ciertas proteínas que controlan el desarrollo de hormonas que influyen en la formación de órganos.
Las secuencias genéticas fueron bautizadas con el nombre genérico de “Halloween” no sólo porque sus errores causaran alteraciones o incluso la muerte de los modelos experimentales, sino porque sorprendentemente, los científicos comprobaron que los embriones mutantes adquirían también una apariencia fantasmagórica.
Esto dio lugar a denominaciones de genes como “incorpóreo, espantajo, espeluznante, sombra, oscuridad, mortaja y fantasma“.
Gerd Jürgens, uno de los investigadores del equipo, fue el encargado de poner la mayoría de nombres, gracias a su poderosa imaginación.
Años más tarde, los científicos reconocieron que no pensaron mucho en cómo llamar a cada fragmento de ADN, ya que debían bautizar a una gran cantidad de secuencias.