Barra de opinión de Once Noticias | Felipe Ávila
El 6 de diciembre, el cura Miguel Hidalgo y Costilla emitió el decreto que abolía la esclavitud.
El 5 de diciembre de 1810, desde su cuartel general en Guadalajara, el cura Miguel Hidalgo y Costilla decretó la devolución de sus tierras a los pueblos indígenas. Al día siguiente, emitió el decreto que abolía la esclavitud.
¿Qué decía el ‘grito’ que Miguel Hidalgo pronunció en 1810?
Los cambios en el discurso del ‘grito’, al igual que la celebración misma en torno a la Independencia de México, se han transformado hasta llegar a convertirse en la tradición que hoy conocemos.
Al respecto, el académico del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alfredo Ávila Rueda, explicó que aquel discurso que dio el cura Miguel Hidalgo y Costilla en la madrugada del 16 de septiembre del 1810, tuvo pocas palabras.
Según los primeros testimonios recabados, el grito o llamado original que tuvo lugar en Dolores Hidalgo, Guanajuato, ahora modificado y nombrado de Independencia, se conformó en su época por las siguientes líneas:
¡Viva México!…
Ávila Rueda señaló que, si de algo podemos tener seguridad, es de que no hubo ¡viva México! porque se encontraban en Guanajuato y no se veía a todo el país como México.
“Cuando llega al santuario de Atotonilco toma el estandarte de Guadalupe y ahí es cuando dice: ¡viva la virgen de Guadalupe!, y cuando llegó a San Miguel agregó: ¡viva San Miguel Arcángel!”, mencionó el experto.
Con el paso del tiempo y después de la Revolución mexicana se empezó a aumentar la lista de los “vivas”. Con Porfirio Díaz era vivan Hidalgo y Allende; más adelante añadieron a Morelos, Vicente Guerrero y después, inclusive, a Madero, la democracia, a las mujeres y a los hombres, abundó el experto.
A partir de Andrés Quintana Roo, en las fiestas patrias se pronunciaba un discurso cívico de aproximadamente media hora, mediante el cual se recordaba la gesta heroica y al terminar venía el ¡Viva México!
Tiempo después, y hasta nuestros días, se eliminó el discurso y permanecieron solo los vivas.