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¿Quién fue Miguel Hidalgo y Costilla, considerado padre de la patria en México?

Tras su muerte, Miguel Hidalgo fue reconocido como primer insurgente y padre de la patria.

Miguel Hidalgo y Costilla, un insurgente y sacerdote mexicano, así lo reconocen los documentos oficiales, incluso su imagen aparece en los billetes de mil pesos, que emite el Banco de México (Banxico).

Nació el 8 de mayo de 1753 en la hacienda de San Diego de Corralejo, Guanajuato y cursó estudios en el Colegio de San Nicolás, Valladolid (actual Morelia), del que llegó a ser rector.

Padre de la Patria”, como es conocido, contaba con una inteligencia superior a las de sus contemporáneos. Hablaba francés, italiano, tarasco, otomí y náhuatl. Estudioso de letras, artes, ciencia, economía, política y teología, según infomación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Asimismo, era apodado “El Zorro” por su inteligencia para argumentar y resolver disputas. Fue un Erudito, carismático y encantador, se ganaba el cariño y la admiración de quienes lo rodeaban, pues su vida se desarrollaba bajo sus ideales de libertad, la lucha por la Independencia.

En 1778, Miguel fue ordenado sacerdote y en 1803 se hizo cargo de la parroquia de Dolores, Guanajuato, donde se preocupó por mejorar las condiciones de sus feligreses, casi todos personas indígenas, enseñándoles a cultivar viñedos, cría de abejas y a dirigir pequeñas industrias de loza y ladrillos, así lo menciona Banxico, en una breve descripción.

Más tarde, en 1809 Hidalgo se unió a una sociedad secreta formada en Valladolid, cuyo fin era reunir un congreso para gobernar la Nueva España en nombre del rey Fernando VII, preso de Napoleón y, en su caso, obtener la independencia del país.

Sin embargo, esta sociedad fue descubierta, por lo que tuvo ser trasladada a Querétaro, donde se reunió con Ignacio Allende.

El Grito de Dolores

El 16 de septiembre de 1810, Hidalgo llevó un estandarte a la virgen de Guadalupe y lanzó el llamado grito de Dolores que inició la gesta independentista y, acompañado de Allende, consiguió reunir un ejército formado por más de 40 mil personas. Tomaron Guanajuato y Guadalajara.

“¡Hijos míos! ¡Únanse conmigo! ¡Ayúdenme a defender la patria! Los gachupines quieren entregarla a los impíos franceses. ¡Se acabó la opresión! ¡Se acabaron los tributos! Al que me siga a caballo le daré un peso; y a los de a pie, un tostón”, gritó Hidalgo. 

En este enlace puedes consultar más contenido del grito de Dolores: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/10/4549/4.pdf

Imagen de la UNAM

La manera improvisada en que se inició el movimiento de Independencia provocó que Hidalgo aceptara en sus filas a todo aquel que quisiera hacerlo, incluyendo criminales, por lo que tuvo que tolerar el sáqueo, la rapiña, las violaciones y el asesinato argumentando que el rigor de su parte volvería odiosa la causa para los rebeldes y que la posibilidad de saqueo era para ellos un aliciente.

Hidalgo, sigilosamente y sin formarles proceso alguno, ordenó el asesinato de más de 300 prisioneros españoles, quienes fueron degollados por José Marroquín, exconvicto liberado y mozo a su servicio.

El carisma y la obstinación del cura Hidalgo causaron graves disgustos entre los principales jefes insurgentes. Ejemplo de ello, es que mientras se proclamaba “Alteza Serenísima” en Guadalajara, le negó ayuda a Allende para recuperar Guanajuato, quien le reclamó su egoísmo y lo acusó de traidor.

Primer insurgente

La mayoría de las y los habitantes del pueblo se encontraba en las cercanías, era la fiesta patronal de la Virgen de los Dolores, pensando que se trataba de una emergencia, despertaron y se reunieron en el atrio.

Una vez ahí, Hidalgo les dirigió una arenga en el que los convocó a alzarse en armas contra las autoridades españolas, dado que habían abdicado a favor de los franceses, que concluyó con una serie de consignas en favor de devolver el trono a Fernando VII. Las palabras exactas que pronunció tal vez nunca se sepan.

Las versiones probables y más antiguas son:

Imagen retomada de la web

El primer Ejército Insurgente encabezado por Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama, tuvo su gestación con ocho sirvientes de Hidalgo, a los que se unieron sucesivamente unos 70 presos liberados de la cárcel de Dolores, entre los cuales se distribuyeron lanzas y espadas del depósito de armamento del Cuartel de Dragones de la Reina.

Tras el discurso libertario de Hidalgo dirigido a la multitud, que se había reunido en el atrio y los alrededores de la parroquia de Dolores, la fuerza ascendió a unos 600 personas que portaban viejos fusiles, machetes, lanzas, hondas, palos e instrumentos de labranza, montados unas y sin cabalgadura.

Más tarde, Francisco Ignacio Elizondo, un capitán de milicia retirado, fraguó por cuenta de los realistas un plan para aprehender a Hidalgo y a los principales caudillos. En Coahuila, fingiéndose partidario de Hidalgo, auxiliado por comanches y lipanes preparó una emboscada donde fueron aprendidos, cerca de las Norias de Baján.

El 22 de marzo de 1811, los llevó a Monclova, se les trasladó a través del desierto extremoso a Chihuahua, donde Hidalgo fue recluido en el antiguo Colegio de la Compañía de Jesús, y fue sometido a doble proceso, por un lado, militar y civil, y por otro eclesiástico, tras su previa excomunión.

En Chihuahua, Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez como reos se les nombró una junta militar el 6 de mayo para que les tomaran declaración y sentenciarlos. Del 7 al 9 de mayo de ese año, por la mañana y tarde, Ángel Abella interrogó a Hidalgo para formar el proceso militar que concluiría con su fusilamiento y cruel decapitación.

Imagen de la UNAM

El 11 de enero de 1811, Hidalgo fue derrotado cerca de Guadalajara por las fuerzas realistas. Escapó hacia el norte, pero fue capturado y condenado a muerte. Su cabeza, junto a la de Allende y a la de otros insurgentes, se exhibió como escarmiento en la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato.

No obstante, tras el establecimiento de la República Mexicana, en 1824, se le reconoció como primer insurgente y Padre de la Patria. En su honor, un estado de la República y la ciudad de Dolores, llevan su nombre. El 16 de septiembre, día en que proclamó su rebelión, se celebra el Día de la Independencia en México.

Imagen de la UNAM

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