El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este domingo a México con una propuesta para paliar la crisis migratoria y con la urgencia de reducir los estragos del narcotráfico en la Unión Americana, especialmente del letal fentanilo procedente del país vecino.
A su llegada fue recibido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard.
Mas temprano, la escritora y esposa del Presidente López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller, recibió a la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, luego de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM).
La primera dama de Estados Unidos visitó la Basílica de Guadalupe, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
La esposa de Biden prendió una veladora y realizó un recorrido por el templo en donde estuvo custodiada por agentes de seguridad,
Luego de su visita fue llevada al Hotel Presidente Intercontinental, en la colonia Polanco, en donde se hospedará junto con su esposo.
Haciendo referencia a su viaje, el presidente Biden mencionó el sábado la necesidad de expandir las vías legales para una migración ordenada.
“Podemos hacer todo esto mientras limitamos la inmigración ilegal”, comentó.
Unas 2.3 millones de detenciones y expulsiones de migrantes indocumentados en el año fiscal 2022, 108 mil muertes por sobredosis de drogas en 2021, así como migración y narcotráfico estarán en el centro de la reunión de Biden y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, el lunes en Ciudad de México.
Cumbre de América del Norte
El martes, se les unirá el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para celebrar una Cumbre de América del Norte.
“México es particularmente relevante a la hora de tratar ambos problemas agudos, que se han convertido en vulnerabilidades políticas para Biden”, declaró Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano.
En un país donde la migración suele ser un botín electoral, la cuestión puede convertirse en una piedra en el zapato para Biden si decide buscar la reelección en 2024.
Antes de viajar a El Paso, el presidente anunció un programa de migración limitada a cuatro países: Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, sumidos en profundas crisis, aunque el flujo incesante abarca varias otras naciones.
Se permitirá el ingreso mensual de hasta 30 mil personas durante dos años, apenas un paliativo, reconoce Biden, que culpa a los republicanos de bloquear un plan más ambicioso. Concertado con México, el programa refuerza por otra parte las expulsiones de quienes ingresen ilegalmente.
Pero sin un plan de refugio robusto, estas nuevas medidas solo empujarán a quienes busquen asilo a situaciones peligrosas advirtió la ONG Comité Internacional de Rescate.
Desafío regional
Por su parte, el secretario estadounidense de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, que acompaña a Biden en el viaje, enfatizó este domingo que el problema migratorio va mucho más allá de Estados Unidos y México.
“Esto es algo que no es exclusivo de Estados Unidos. Se está apoderando del hemisferio, y un desafío regional requiere una solución regional“, dijo a This Week, de ABC.
Los flujos de migrantes que huyen de la violencia y la pobreza en sus países son un desafío particular para México, cuya frontera se ha convertido en una puerta giratoria para las personas que intentan cruzar a Estados Unidos.
Miles permanecen en su territorio a causa del denominado Título 42, una restrictiva norma implementada por COVID-19 que autoriza las expulsiones exprés. Fue adoptada por el Gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021), pero la justicia ha impedido eliminarla ante temores de una avalancha aún mayor.
Tragedia del fentanilo
El encuentro bilateral Biden-López Obrador también estará marcado por la tragedia del fentanilo, droga sintética 50 veces más potente que la heroína, cuya producción y tráfico controlan los cárteles mexicanos con precursores químicos provenientes de China, según la DEA, la Agencia Antidrogas Estadounidense.
Casi dos tercios de las 108 mil muertes por sobredosis registradas en Estados Unidos en 2021 involucraron opioides sintéticos. Solo en 2022 se incautó más fentanilo del que se necesitaría para matar a toda la población de Estados Unidos, asegura el organismo.
“Por ello, Biden busca ampliar el intercambio de información con México sobre precursores y fortalecer la prevención”, señaló el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols.
Mientras tanto, expertos en seguridad como Ricardo Márquez, ven un enfriamiento de la cooperación en el marco de la política de “abrazos, no balazos” de López Obrador, que contrasta con operaciones como la captura, el pasado jueves en Culiacán, de Ovidio “N”, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
En la mesa también estará el cambio climático, luego del anuncio en la COP27 de un proyecto de energías renovables conjunto de 48 mil millones de dólares de inversiones y en el cual México se comprometió a ampliar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero de aquí a 2030.