Debido a la creciente llegada de solicitantes de asilo, agentes de la Patrulla Fronteriza rompieron alambres de púas y les permitieron la entrada a migrantes venezolanos en el sur de Texas, una acción contraria a la política del gobernador republicano Greg Abbott, de impedirles el paso.
Niños de brazos, también son llevados a cruzar todos los días, sorteando con ellos el río Bravo, desde piedras negras, Coahuila, hasta Eagle Pass, Texas.
“Duramos mucho rato ahí, tenemos horas llevando sólo con los niños hasta que nos abrieron”, dijo Juan González, migrante venezolano.
Eagle Pass, una ciudad de Texas con casi 30 mil habitantes, ha sido puerta de entrada para miles de migrantes que llegan a Estados Unidos.
“Yo tengo 57 años y mira aquí estoy y nunca pensé a esta edad pasar por todo esto por la crisis que pasa mi país”, señaló Gustavo Suárez, migrante de Venezuela.
A bordo de lanchas, los agentes federales fronterizos los rescataron en el río Bravo.
En los rebasados centros de la Patrulla Fronteriza en Texas, los migrantes piden asilo, una vez liberados, viajan a otras regiones de Estados Unidos para reunirse con sus familiares y buscar empleo, aún sin tener visa de trabajo.
En Eagle Pass rige una crisis constante. Uno de los dos puentes vehiculares que conectan Eagle Pass con Piedras Negras, Coahuila, sigue cerrado.