Los sindicatos campesinos indios renunciaron este jueves a una marcha en Nueva Delhi prevista la semana que viene, a causa de la violencia que se desató en la capital este martes, que causó al menos un muerto y cerca de 400 heridos.
Los miles de agricultores que expresaron su cólera irritaron al Gobierno, pero también a los dirigentes de sus 42 sindicatos, que en su gran mayoría condenaron la violencia.
La marcha prevista el 1 de febrero, cuando el Gobierno presentará su proyecto de presupuestos ante el Parlamento, fue aplazada.
Pero otras concentraciones nacionales, en otros puntos del país, son mantenidas para el domingo.
Miles de manifestantes a bordo de tractores consiguieron el martes desbordar los retenes de seguridad y penetrar en el viejo Fuerte Rojo, en pleno centro de Nueva Delhi, donde se celebraban las festividades oficiales del Día de la República.
Un agricultor murió al volcarse accidentalmente su tractor, y cerca de 400 policías resultaron heridos en los incidentes.
Decenas de campesinos, en su mayoría procedentes del estado de Punjab, acampan desde noviembre en las afueras de la capital.
El pulso ha provocado la crisis más seria a la que se ha enfrentado el Gobierno nacionalista hindú en los últimos seis años.
Los agricultores luchan contra las reformas que apuntan a liberaliza los mercados agrícolas.