Un cuarto de millón de niños se encuentran entre los desplazados que huyen de la violencia y las catástrofes en el norte de Mozambique, informó la organización de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF.
Alrededor de 250 mil niños fueron desplazados por el recrudecimiento de la crisis en la provincia de Cabo Delgado, al norte de Mozambique, y están expuestos al riesgo de enfermedades mortales a medida que se acerca la temporada de lluvias” aseveró el comunicado fechado el pasado martes.
“En menos de dos años, los niños y familias de Cabo Delgado se han enfrentado a un ciclón devastador, inundaciones, sequías, dificultades socioeconómicas ligadas a la pandemia de Covid-19 y al conflicto” protagonizado por los grupos yihadistas que operan en la región, resumió Henrietta Fore, Directora general de Unicef.
Un total de 570 mil personas han huido de la violencia ejercida por estos grupos armados, según el gobierno de Mozambique. El conflicto ha dejado 2 mil 400 muertos, más de la mitad de ellos civiles, según la ONG ACLED, que enumera más de 700 ataques desde octubre de 2017.
Dos de cada cinco niños de la provincia sufren desnutrición crónica”, siendo la población desplazada la más afectada por los casos agudos, advierte UNICEF.
Con el inicio de la temporada de lluvias y las malas condiciones sanitarias en las que las familias son acogidas con urgencia, la organización teme un recrudecimiento de enfermedades graves.
“Problemas de salud como la diarrea, que son fáciles de prevenir y tratar, pueden ser fatales para los niños desplazados que no tienen acceso a agua potable y saneamiento adecuado”, explica UNICEF.
La organización solicita 43.3 millones de euros para satisfacer las necesidades humanitarias más urgentes en Mozambique para el 2021, incluidos 24.6 millones para Cabo Delgado.