Valle de México

Caso Noemí en Texcoco: pacto mafioso de violencia patriarcal

El caso devela fallas sistemáticas, para la familia de Noemí Mendoza el reclamo de justicia no cesa.

Noemí Mendoza Martínez, de 27 años de edad y madre de dos hijos, fue desaparecida y asesinada en Texcoco, Estado de México.

Su familia dejó de tener contacto con ella en Nochebuena de 2024. Una parte de su cuerpo fue hallada en un paraje de Los Reyes San Salvador, a más de un kilómetro de su casa.

“Quisiéramos encontrar lo que más se pudiera de ella, para saber qué pasó realmente. Dónde está”, señaló Wendy Mendoza, hermana de Noemí.

La familia de Noemí y solidarias son quienes han realizado búsquedas. FOTO: MAFER RUIZ
Wendy comparte la ficha de búsqueda de su hermana Noemí. FOTO: MAFER RUIZ

El Estado de México, la entidad con mayor incidencia de feminicidios en el país, tiene apenas 11 municipios con alertas de género y Texcoco no está entre ellos. “Mimí”, como la llamaban sus hermanas, sufría violencia de su pareja sentimental.

“Por medio de mi familia y de mi parte, había tres denuncias anteriores que se habían hecho por violencia hacia mi hermana, las cuales jamás se siguieron, se quedaron así”, indicó.

El 24 de diciembre de 2024, Wendy fue alertada de que su hermana había sido golpeada por su pareja y, aunque buscó a Noemí, él la negó. Fue entonces cuando decidieron poner una denuncia por desaparición.

Tres días después, la Fiscalía Regional de Texcoco recibió una denuncia por el hallazgo de restos de una mujer en un paraje, pero no la relacionó con la desaparición de Noemí hasta un mes más tarde, ante la presión de la familia.

Cuando se hicieron los exámenes de compatibilidad, salieron positivos, sin embargo, las autoridades no realizaron más búsquedas para localizar más restos. Tampoco se ha girado orden de aprehensión en contra del sospechoso, a pesar de sus antecedentes de violencia con otras mujeres.

 “Una ex pareja en el año 2019 hizo una denuncia en el MP, porque este tipo igual la agredió, y nos comenta que gracias a Dios se salvó de la muerte”, relató Wendy, hermana de Noemí.

El hombre se fugó y los hijos de Noemí, de tres y cuatro años de edad, se quedaron a cargo de Wendy.

Paraje donde fue encontrado el resto de Noemí. FOTO: MAFER RUIZ
Wendy exige justicia por su hermana, pero también por sus sobrinos, de 3 y 4 años, que quedaron en orfandad. FOTO: MAFER RUIZ

“Pacto mafioso de violencia patriarcal”

Las múltiples condiciones que permiten estos crímenes responden a un pacto mafioso de violencia patriarcal, así lo considera Emanuela Borzacchiello, autora de “Reexistimos: Feminicidio y Telaraña de Poderes”.

“No hay que tener miedo a llamarlo y a nombrarlo como pacto mafioso de la violencia patriarcal, porque hay varios actores que contribuyen a la repetición de esos crímenes. La mano que mata, nunca es solo la del feminicida, sino también de las instituciones que, para omisión o comisión, a veces contribuyen a esos tipos de crímenes, y también de la sociedad civil que culturalmente apoya, no escucha, silencia, invisibiliza, infravalora”, indicó.

Para Verónica Martínez, del colectivo Al-Margen, las herramientas institucionales para este tipo de casos son aún insuficientes. Destacó que, en el caso del Estado de México, en el gobierno local y estatal se cuenta con Centros y una Línea Naranja, pero la respuesta no suele ser pronta u oportuna.

“Una vez que tienen las medidas de protección las mujeres que viven violencia, vienen los procesos burocráticos, y entonces ahí, como son instancias gubernamentales, la fila de espera es larguísima y hay procesos que llevan más de un año y que no se resuelven. Muchos procesos quedan en el abandono y, obviamente, tampoco hay acceso a la justicia”, destacó.

Aunque el caso devela fallas sistemáticas, para la familia de Noemí Mendoza el reclamo de justicia no cesa.

“Dos cosas, justicia para ella y encontrarla, para que le demos la sepultura y el respeto que ella merece”, indicó Norma Mendoza, prima de Noemí.

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