Reportajes especiales

“Pensé que mi carrera se terminaría cuando me embaracé”: Ana de Saracho

La experta en el sector de telecomunicaciones recuerda la frase de Madeleine Albright: “hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres”

Ana de Saracho es una mujer referente en el sector de las telecomunicaciones en México, pues fue de las primeras mujeres en participar en gobierno y empresas privadas de dicha industria desde hace 24 años.

Hoy es una de las mujeres más exitosas en el mundo de la tecnología y telecomunicaciones en México, sin embargo, los inicios de su carrera fueron complicados, cuenta a Once Noticias.

Ana fue directora de Telefonía Celular en la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones; subdirectora de Regulación de Competencia Económica y Protección al Consumidor de América Móvil, así como socia y directora de Operaciones en la firma de consultoría Entuizer.

Hoy en día Ana de Saracho es directora de Asuntos Públicos, Regulación y Negocio Mayorista Telefónica Movistar México, y cuenta que sólo por el hecho de ser mujer no fue sencillo destacar en una industria plagada de hombres.

¿Qué es lo más difícil que te tocó pasar como mujer para llegar al punto de tu carrera profesional en el que te encuentras?

Lo más difícil sin duda fue querer ser mujer y cumplir todos los roles: ser esposa, ser mamá, ser profesionista y así querer crecer. Tenía compañeros que me decían ¿qué tu marido no trabaja, por qué trabajas tú? Como si trabajar para una mujer fuera una simple diversión, pero también tenemos una ambición de crecer y cumplir metas personales que no tienen nada que ver con mi marido.

En ese entonces te embarazabas y había personas que sus carreras terminaban ahí. Yo pensé también que ahí terminaría mi carrera, porque cuando tuve a mi primer hijo sentí ese hijo como si fuera a ser un obstáculo, eso no me lo inventé, eso sale del estereotipo y de haber visto lo que pasaba alrededor cuando uno se embarazaba. Afortunadamente tuve gente que me apoyó para que no soltara y siguiera con mi carrera y aprendiera y entendiera como poder integrarlos.

¿Cuándo comenzaste había más mujeres en la industria?

En la Cofetel fueron cinco años súper importantes en mi carrera, trabajé con gente valiosa y también innovando porque la ley de 1995 era sumamente deficiente y la tecnología fue rebasando esto y nos tocó innovar, muchos de los temas fueron a bases de reglas que sacamos y encontrar maneras para ir regulando al sector con las pocas facultades y con mucho ingenio, pero trabajé con puros hombres.

Después me fui a trabajar a América Móvil en donde pasé muchos años con gente valiosa, hasta que llegué a Telefónica en 2016. En este trayecto de mi carrera hasta que llegué a Telefónica fui la única mujer en la mesa en la mayoría de mis reuniones, no tengo recuerdo de haber compartido la mesa con muchas mujeres, por lo menos en el tema regulatorio.

¿Crees que hoy han cambiado las cosas en temas de equidad de género?

Hoy lo que veo es que somos esa generación que nos tocó abrir brecha para la nueva generación de mujeres. Me da mucho gusto ver hoy a mujeres en puestos gerenciales, empiezan a tener visibilidad y más espacios. Pueden sentirse en un ambiente normalizado, recuerdo haberme sentido la única mujer en la mesa, el lunar de la mesa, no había forma de hacer mucha camaradería como los hombres, eso hoy pasa mucho menos.

¿En qué momento consideras que en el sector de las telecomunicaciones las mujeres comenzaron a tener más oportunidades y exposición?

Para mí fue cuando formamos la organización Conectadas. Recibimos el correo de María Elena Estavillo y Adriana Labardini (excomisionadas del Instituto Federal de Telecomunicaciones) 33 mujeres contándonos esta historia real que nadie se había atrevido a contarla, el hecho de que somos muy pocas mujeres en este sector en puestos directivos y nos invitaron a juntarnos para ver si podíamos juntas hacer una red de mujeres.

De estas 33 mujeres que éramos sólo conocía a tres, entonces imagínate que ese era el nivel de visibilidad, ni siquiera entre nosotras nos conocíamos aún estando en puestos directivos. Ese fue un parteaguas y eso es lo que nos hizo más fuertes, el hecho de juntarnos y reclamar esos espacios. Encontrar que la propia tecnología nos servía para esto, cómo internet y redes sociales sirven para visibilizar y temas de género.

Hoy creo que esas redes de mujeres son las que ayudan, empezamos con este movimiento porque el apoyo entre mujeres es muy importante, permite ver que su caso no es el único, que se dé este apoyo en sororidad entre mujeres. Por eso como decía Madeleine Albright: “Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres”.

¿A qué mujer admiras?

A mí no me tocaron mujeres con las que yo trabajara, pero con Conectadas encontré mujeres con historias complejas, cada quien la ha tenido difícil en su manera y me agarré mucho de ellas, María Elena Estavillo, Adriana Labardini, Claudia Calvin (consultora internacional en temas TIC) me ha inspirado mucho, Claudia tiene unas tablas impresionantes; Mariate Arnal me parece una mujer a la cual hay mucho que admirar.

Admiro también a Michelle Obama, sin duda es mi preferida, me parece que su historia, el lugar de donde viene, la forma en que luchó por lo que quería, cumplir todos los roles al mismo tiempo me hacen identificarme con ella.

¿Qué tiene que cambiar en México para disminuir y erradicar la brecha de género?

Creo que hay un tema cultural importante que sin duda viene desde la cuna y que se sigue repitiendo. Aún con todos los avances que hemos visto en la equidad de género, aún hay personas que siguen fomentando el machismo, es un tema cultural que tiene que ver con la educación.

La otra parte es que también hay un tema con las empresas, el ADN de las empresas es importante, cuando llegué a Telefónica siento que florecí. Todo el ambiente ayuda, a veces puedes tener una planta y si está sembrada en el lugar incorrecto simplemente no se va a dar. El ADN de las empresas tiene que incorporar estos principios y valores para que esto suceda.

¿Cuál consideras que es el legado que estás dejando a las nuevas generaciones?

Si logramos dejar tantito una huella para que otra mujer crezca, ya todo está hecho. Lo que estoy tratando de hacer es participar en estas redes y formar parte de ellas y traer a nuevas mujeres. También participo en programas de mentorías, cuando logras establecer relaciones con mujeres que no conoces ayudas muchísimo.

¿Qué mensaje les das a las mujeres jóvenes y a las niñas que quieren entrar al mundo de la ciencia, las ingenierías, la tecnología y las telecomunicaciones?

La palabra mágica es empoderarnos. Cuando nos dejemos de autolimitar, no nos saboteemos y estemos ahí para otras mujeres, nuestras hijas y nuestros hijos, la verdad es que todo termina por funcionar.

Les digo que no le tengan miedo, que aunque parezcan cuestiones muy técnicas todo se puede aprender y dejen pensar que estas carreras son de rol masculino. Hoy está más que demostrado, y por colegas mías, que claramente hay mujeres exitosas que han hecho y pasado por este crecimiento y que las volteen a ver para darse cuenta que todo lo que quieran hacer, lo pueden lograr.

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