Barra de Opinión Once Noticias | Felipe Ávila
Se conmemora el 210 aniversario de la ruptura del sitio de Cuautla por el Ejército Insurgente encabezado por el cura José María Morelos
El día de hoy se conmemora el 210 aniversario de la ruptura del sitio de Cuautla por el Ejército Insurgente encabezado por el cura José María Morelos. Después de 72 días de heroica resistencia, el 2 de mayo de 1812, las tropas insurgentes que habían resistido el asedio, los bombardeos y las cargas de fusilería del Ejército realista, dirigido por Calleja, así como la falta de víveres y agua, pudieron salir de esa plaza y mantener al grueso de sus fuerzas para continuar su campaña militar.
Morelos pudo romper el cerco no sólo por su genio militar y la capacidad de sus lugartenientes y de la tropa que los seguía, pudo salir airoso por el apoyo de la población de Cuautla y las localidades vecinas, que apoyaron con alimentos y víveres a los Insurgentes, y porque muchos de ellos se sumaron con lo que tenían a la mano, piedras palos y machetes, para combatir a las tropas realistas.
Después del sitio de Cuautla, Morelos conquistó la mayor parte del sur y centro de territorio Novohispano. De todos los líderes insurgentes, Morelos fue quien tu más claro que se debía constituir una nación nueva independiente y soberana, rompiendo cualquier vínculo con la monarquía española.
La guerra de independencia, fue una masiva revolución popular en la que decenas de miles de indígenas, negros, mulatos, mestizos y criollos siguieron el llamado del cura Hidalgo y formaron un ejército popular que, en unos cuantos meses, hirió de muerte al régimen colonial.
La lucha insurgente tuvo un carácter libertario y justiciero, fue una lucha no sólo para alcanzar la independencia y la libertad, sino también para acabar con la esclavitud y los tributos con una sociedad dividida en castas. Fue una revolución para acabar con el hambre y la injusticia.
En 1813 Morelos convocó al Congreso de Anáhuac, al que presentó Los Sentimientos de la Nación, donde plasmó los principios políticos de los que nacería la nación mexicana: soberanía popular, gobierno representativo dividido tres poderes, así como leyes suaves que abatieran la pobreza y la desigualdad.
El movimiento Insurgente, en el que destacaron Morelos, Vicente Guerrero, Leona Vicario, Josefa Ortiz, Gertrudis Bocanegra y miles de hombres y mujeres más fue una gran revolución popular de la que nació nuestra patria como nación libre independiente y soberana.
Esta revolución acabo con la esclavitud y con la división en castas; estableció un régimen republicano y un sistema que reconoció los derechos y las libertades individuales y la igualdad ante la ley.
El pensamiento y la obra de Morelos, el ciervo de la nación, son una fuente de inspiración para las nuevas generaciones que buscan resolver los problemas de desigualdad, de pobreza y marginación en los que se encuentran miles de familias mexicanas. Sus ideales marcan la pauta de lo que debe ser un gobierno y unas leyes al servicio del pueblo.