Empresas que generan energía eólica limpia a partir de maniobras sucias
Presumen ser generadores de energías limpias y renovables, detonantes de desarrollo para las comunidades y hasta de ganancias compartidas.
Sin embargo, allí donde han instalado sus aerogeneradores, han instalado también mayor desigualdad y pobreza, abusos, persecuciones, enfrentamientos entre comuneros, contaminación y daño a los cultivos.
Son empresas que de limpias tienen muy poco o nada.
Son 11 empresas privadas, generadoras de energías alternativas que operan 28 parques eólicos instalados en Oaxaca.
Sus dueños se oponen hoy con toda su fuerza económica a la reforma eléctrica que impulsa el presidente López Obrador, pues para ellos significaría el fin de privilegios económicos que les dejan ganancias estimadas en alrededor de 4 mil 500 millones de dólares al año.
Se trata de empresarios como Germán Larrea, director de Grupo México. Rogelio Zambrano, de Cemex. Alberto Bailleres, de Peñoles, Ricardo Salinas Pliego, de Grupo Salinas, entre otros.
Para oponerse a la reforma eléctrica argumentan que las energías renovables, como la eólica, son la panacea contra los efectos del cambio climático y el rezago.
Argumentos plausibles e inobjetables, sin duda. Pero detrás de ellos hay grandes privilegios que se llevaría el viento de la reforma y gracias a los cuales se ha impuesto hasta hoy el interés privado al interés público en esta materia energética.
Canal Once realizó un recorrido por el Istmo de Oaxaca, en los cuatro municipios en los que se han levantado estos gigantes del viento. Que en cada movimiento aplastan a las comunidades y sus legítimas aspiraciones a una vida mejor.
Esta es la primera parte de cinco, sobre el modus operandi de las empresas que generan energía eólica, limpia, a partir de maniobras sucias.
En Oaxaca operan 28 parques eólicos, la mayoría pertenecen a empresas extranjeras asentadas en la región del istmo de Tehuantepec, la franja más estrecha que conecta al litoral del pacífico con el Golfo de México.
De ellos, 12 se ubican en Juchitán, donde la fuerza del viento es más vigorosa.
En la región de la ventosa, la fuerza del aire alcanza hasta 160 kilómetros por hora, equivalente a un huracán categoría 2.
Sin embargo, las empresas privadas que operan los parques eólicos sacaron provecho de los vientos oaxaqueños a costa de las comunidades, aprovechando ambigüedades en la tenencia de la tierra y abusando del desconocimiento de los arrendatarios sobre sus derechos.
Y no sólo sacaron provecho de las ganancias por la generación de energía eléctrica, sino que también recibieron recursos millonarios del erario.
Un ejemplo es Iberdrola, que recibió de administraciones pasadas subsidios por 412 mil millones de pesos. Pero sus utilidades las mantiene como información muy reservada.
Además, esas empresas comprometieron a los 5 ayuntamientos donde instalaron sus parques eólicos para que no les cobraran impuestos; se trata de Juchitán, Unión Hidalgo, Santo Domingo, Ixtepec y El Espinal.
Los alcaldes de dichos municipios firmaron en junio de 2017 un memorándum de entendimiento con las empresas, que también suscribió el gobernador, Alejandro Murat y un representante de la Secretaría de Energía de la administración federal pasada.
Además, dejaron establecidos contratos de concesión a 30 años; en tanto que las obras sociales que se comprometieron a realizar las empresas serían “voluntarias”. De acuerdo con el gobierno de Oaxaca, se trata de apoyar a la región del istmo, donde las empresas pagan derechos, no impuestos.
Busca apoyar a los municipios y en este caso que tenga, oficialmente, un ingreso de acuerdo al número de aerogeneradores y megawatts generados y en este caso se estima que son alrededor de 30 millones de pesos que fluyen directamente a los municipios”, Juan José Moreno, subsecretario de Energía de la Samaedeso.
Los compromisos de las empresas pronto se olvidaron. En Juchitán los arrendatarios del parque eólica del sur se inconformaron y tomaron la subestación eléctrica desde principios de enero.
Exigen pagos por limpieza de sus terrenos, por el uso de suelo para el cableado de los aerogeneradores y el respeto a los compromisos pactados.
Los propietarios tenían derecho a que sus hijos pudieran trabajar dentro de la instalación, pero después una vez ya construido el parque esa duda se la volvieron a comentar al gerente social, Ramón Cruz y esta persona dijo no, en el contrato no dice que tu hijo o tu pariente no puede, la empresa se está excluyendo de eso”, Agustín Cabrera, arrendatario de terreno a Parque Eólica del Sur.
En Juchitán, Oaxaca, la fuerza del viento mueve no sólo las hélices de los aerogeneradores, sino también las promesas de las empresas de energía eólica, como Parque Eólica del Sur, que desconoce los acuerdos con los terratenientes dueños de las hectáreas dónde instalaron sus turbinas. Ahora también los persiguen.
Estas personas llegaron y uno de ellos disparó al propietario Mariano Cabrera Nieto con arma de fuego, hiriéndolo en una parte de su pierna y en una parte de su estómago, entonces esto no puede ser así, los propietarios no somos delincuentes, estamos pidiendo que se cumplan los derechos”, añadió Cabrera.
El Parque Eólica del sur es un ejemplo de la fallida reforma energética del expresidente enrique peña nieto, a pesar de ser el único que fue avalado a partir de una consulta popular.
¿La razón?
Casi la mitad de los 100 mil habitantes de Juchitán vive en condiciones de pobreza y aún se aprecian los estragos del terremoto de 2017 que asoló al municipio.
Las ganancias de la energía del viento van en su inmensa mayoría a las empresas. Los arrendatarios se llevan la peor parte y temen perder sus tierras al vencer los contratos.