El tramo elevado de la Línea 12 del Metro abarca 13 kilómetros, de los cuales fueron reforzados 6.7, es decir el segmento metálico que va de las estaciones Calle 11 a Zapotitlán.
En total se utilizaron 16 mil toneladas de acero, más de dos veces de las que requirió, por ejemplo, la construcción de la Torre Eiffel en París.
Cada pieza fue hecha a la medida para un ensamble perfecto.
“Tenemos que conectar con la estructura que ya existe. Entonces eso significaba que teníamos que hacer piezas a la medida exacta con tolerancias milimétricas”, dijo Jesús Esteva Medina, secretario de Obras y Servicios de CDMX.
Entre esas piezas están los puntales. Estructuras colosales de acero que sirven de soporte adicional a las columnas de concreto. Ambos son los atlas de la Línea 12.
Además, están los diafragmas y los contraventeos, que ayudan a controlar las deformaciones de la obra y brindan resistencia al paso de los trenes.
Los diafragmas y puntales son parte de las 16 mil toneladas de infraestructura metálica que se utilizaron la rehabilitación de la Línea 12 del metro cuyos trabajos se han concluido en un 98% de acuerdo con los responsables.
La Línea 12 o Línea Dorada es una obra longitudinal de 25.6 kilómetros; comprende 20 estaciones de Tláhuac a Mixcoac, de oriente a poniente de la capital.
Su rehabilitación implicó la intervención de 260 claros: la distancia entre columnas que sirven de puentes.
Se reforzaron 257 y se reconstruyeron tres de ellos. Tan solo en el tramo de las estaciones Tezonco a Olivos, donde se registró el colapso el 3 de mayo de 2021, se colocaron 10 nuevas columnas y las trabes horizontales se reforzaron con 80 toneladas de acero.
Nada se dejó a la suerte.
“Antes de ponerla en operación, antes de abrirla llevamos a cabo pruebas de carga. Subimos trenes con el peso como si estuvieran completamente llenos, los ponemos cuatro horas en la misma posición y vemos cuánto se deforma. Se está deformando la mitad de lo que habíamos calculado que se tenía que deformar, es decir está quedando una estructura muy segura”, agregó Esteva Medina.
Los trabajos se apegaron de manera puntual al nuevo reglamento de construcciones de Ciudad de México, considerado de vanguardia, y buscan garantizar que la obra resista terremotos y desequilibrios de carga a largo plazo. Al menos 50 años.
A finales de enero se anunció su reapertura total con la entrega del tramo Tezonco a Tláhuac, las seis estaciones que faltaban de brindar servicio.
El compromiso es que garantizará la seguridad absoluta de los usuarios. Y las operaciones.
“Cómo ingenieros, como personas, como ciudadanos de este país y de esta ciudad el comité técnico asesor desde el primer momento asumió esta responsabilidad con todo el peso que eso implica sobre nuestras espaldas”, señaló Bernardo Gómez González, integrante del Comité Técnico asesor de la Línea 12.