CO2 atrapado en la Luna, potencial recurso para la exploración
Expertos indicaron que las moléculas de dióxido de carbono podrían congelarse y permanecer en forma sólida incluso durante las temperaturas máximas del verano lunar
Después de décadas de incertidumbre, los investigadores han confirmado la existencia de trampas frías de dióxido de carbono lunares que podrían contener dióxido de carbono sólido.
El descubrimiento probablemente tendrá una gran influencia en la configuración de futuras misiones lunares y podría afectar la viabilidad de presencia sostenida robótica o humana en la Luna.
Dióxido de carbono
En las regiones permanentemente sombreadas en los polos de nuestra Luna, las temperaturas descienden por debajo de las de las áreas más frías de Plutón, lo que permite trampas frías de dióxido de carbono.
En estas trampas frías, las moléculas de dióxido de carbono podrían congelarse y permanecer en forma sólida incluso durante las temperaturas máximas del verano lunar.
Los futuros exploradores humanos o robóticos podrían usar el dióxido de carbono sólido en estas trampas frías para producir combustible o materiales para misiones lunares más largas.
El dióxido de carbono y otros compuestos orgánicos volátiles potenciales también podrían ayudar a los científicos a comprender mejor el origen del agua y otros elementos en la Luna.
Aunque los científicos planetarios han predicho trampas frías durante años, este nuevo estudio es el primero en establecer y mapear firmemente la presencia de trampas frías de dióxido de carbono.
Estudio
Para encontrar los puntos más fríos en la superficie de la Luna, los investigadores analizaron 11 años de datos de temperatura del Diviner Lunar Radiometer Experiment, un instrumento que volaba a bordo del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA.
La nueva investigación, publicada en la revista Geophysical Research Letters de AGU, muestra que estas trampas frías incluyen varios focos concentrados alrededor del polo sur lunar.
El área total de estas trampas de dióxido de carbono asciende a 204 kilómetros cuadrados y el área más grande en el cráter Amundsen alberga 82 kilómetros cuadrados de trampas.
En estas áreas, las temperaturas permanecen continuamente por debajo de los 60 grados Kelvin, aproximadamente menos 213 grados Celsius.
La existencia de trampas frías de dióxido de carbono no garantiza la existencia de dióxido de carbono sólido en la Luna, pero esta verificación hace que sea muy probable que futuras misiones puedan encontrar hielo de dióxido de carbono allí indicaron los investigadores.
La existencia de trampas de dióxido de carbono en la Luna probablemente tendrá implicaciones para la planificación de la futura exploración lunar y la política internacional con respecto al recurso.