Extinto Megalodón excede tablas corporales de los tiburones: estudio
El tamaño corporal del icónico tiburón gigantesco o Megalodón, de unos 15 metros de largo, es de hecho anormalmente grande en comparación con el tamaño corporal de sus parientes.
- Formalmente llamado otodus megalodon, el tiburón fósil que vivió en casi todo el mundo, está recibiendo una mirada renovada sobre la importancia de su tamaño corporal en el mundo de los tiburones, según un nuevo estudio que aparece en la revista internacional Historical Biology.
El otodus megalodon se retrata comúnmente como un tiburón monstruoso de gran tamaño en novelas y películas como el thriller de ciencia ficción de 2018 “The Meg”, pero se sabe que el tamaño corporal máximo posible científicamente justificable para la especie es de unos 15 metros.
No obstante, sigue siendo un tiburón impresionantemente grande, y el nuevo estudio ilumina exactamente lo singularmente gigantesco que fue este tiburón, según Kenshu Shimada, paleobiólogo de la Universidad DePaul en Chicago y autor principal del estudio.
El otodus megalodon pertenece al grupo de tiburones llamados lamniformes con un rico registro fósil, pero la biología de las formas extintas es poco conocida porque estos peces cartilaginosos se conocen principalmente solo por sus dientes.
Basado en mediciones tomadas de lamniformes no planctívoros actuales, el estudio presenta una ecuación que permitiría estimar la longitud corporal de formas extintas a partir de sus dientes.
El estudio demuestra que los 15 metros de longitud es realmente un valor atípico porque prácticamente todos los demás tiburones no planctívoros tienen un límite de tamaño general de siete metros, y solo unos pocos tiburones que comen plancton, como el tiburón ballena y el tiburón peregrino, eran equivalentes o se acercaban al tamaño.
También revela que la Era Cenozoica, después de la era de los dinosaurios, incluida la actual, vio linajes más lamniformes que alcanzaron tamaños más grandes que la Era Mesozoica.
- Se ha propuesto previamente que la sangre caliente ha llevado al gigantismo en múltiples linajes lamniformes.