Fármacos como el Ozempic, cada vez más populares para perder peso, aumentan el riesgo de ciertos problemas gastrointestinales graves, incluida la parálisis estomacal, según un amplio estudio publicado el jueves.
El trabajo, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), una de las principales revistas médicas en el mundo, analizó una clase de fármacos llamados agonistas del GLP-1 que incluye las marcas Wegovy, Ozempic, Rybelsus y Saxenda.
Se comparó la tasa de efectos secundarios graves con otra clase de fármaco para la pérdida de peso, la bupropión-naltrexona.
Los agonistas del GLP-1 fueron asociados a un riesgo cuatro veces mayor de parálisis de estómago, nueve veces mayor de pancreatitis y cuatro veces mayor de obstrucción intestinal.
Llegan hasta la hospitalización
Estas condiciones pueden causar hospitalización y requerir cirugía, dependiendo de la gravedad.
“Dado el amplio uso de estos fármacos, estos efectos adversos, aunque raros, deben ser considerados por los pacientes que piensan usarlos para perder peso”, dijo en un comunicado Mohit Sodhi, autor principal y estudiante de medicina en la Universidad de la Columbia Británica en Canadá.
“El cálculo del riesgo variará dependiendo de si el paciente está usando estos fármacos para la diabetes, obesidad o solo pérdida de peso en general”, agregó.
Los agonistas del GLP-1, desarrollados en principio para lidiar con la diabetes tipo 2, han ganado popularidad en los últimos años como un medio para perder peso, especialmente con un uso fuera de lo indicado.
Saxenda y Wegovy fueron aprobados para la pérdida de peso en 2020 y 2021, pero los ensayos clínicos usados para darles luz verde involucraron a muy pocas personas con poco tiempo de seguimiento para detectar eventualidades muy raras, dijeron los investigadores.
El reciente estudio fue el primero en examinar el asunto a una mayor escala, dijo la epidemióloga y coautora Mahyar Etminan.
El análisis incluyó pacientes con una historia reciente de obesidad, pero excluyó a aquellos con diabetes o a quienes se les hubiese recetado otra droga antidiabetes. Poco más de 5 mil 400 registros fueron incluidos en el análisis final.
“Los resultados de este estudio resaltan lo importante que es que los pacientes accedan a estos fármacos sólo a través de profesionales médicos de confianza, y sólo con apoyo y seguimiento continuos”, afirmó Simon Cork, profesor titular de la Universidad Anglia Ruskin, que no participó en la investigación.