Investigadores alertan sobre químicos nocivos en lugares cerrados

Cada día estamos expuestos a compuestos tóxicos conocidos como sustancias perfluoro-alquiladas y polifluoro-alquiladas, comúnmente llamadas “Pfas”. 

 

Son compuestos que generalmente se usan como recubrimientos para mejorar la durabilidad de muchos productos y durante décadas hemos estado en contacto cotidiano con ellos.

 

Si tu vas y compras un mueble nuevo, lo primero que te ofrecen es ¿Lo quieres así, te parece bien si le ponemos teflón? el teflón va a evitar que se manche tu sillón, va a estas protegido contra la tierra, contra el polvo, el teflón es un retardante de flama, el teflón lo puedes encontrar líquido, se lo ponen a los carros, pero también lo puedes encontrar en los sartenes donde cocinamos los alimentos”, Marco Sánchez Guerra, epidemiólogo ambiental.

 

Los “Pfas” son sumamente persistentes, tanto en el medio ambiente como en el cuerpo humano, pues no se degradan. El peligro es que al acumularse con el paso del tiempo, provocan efectos dañinos en la salud, que van desde alteraciones al sistema inmune o daño renal, hasta ser precursores de cáncer.

 

Un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Rhode Island y el Instituto de Política Científica Verde, en Estados Unidos, analizó el aire interior en 20 espacios cotidianos de hogares, escuelas y oficinas, y detectaron que los llamados “Pfas” estaban de manera permanente en al menos 17 de estos sitios.

 

Productos de uso cotidiano como el calzado, la ropa o materiales de construcción pueden emitir “Pfas” volátiles. Si bien no podemos evitar exponernos, sí es posible reducir el uso de productos que nos exponen de manera innecesaria.

 

Otra forma de exponerme a este tipo de químicos es a través de los plásticos, ¿cómo lo evito? pues sí hay solución, en vez de que lleves tu toper de plástico, consíguete uno de vidrio”, Marco Sánchez Guerra, epidemiólogo ambiental.

 

Para reducir la exposición de los menores de edad, la organización “Healthy children” recomienda evitar cacerolas y sartenes antihaderentes que ya presenten desgaste, no comprar alfombras o muebles con tapizados resistentes a manchas y por último limpiar con regularidad las superficies en los hogares. Basta un paño húmedo para evitar la acumulación de polvo.