Investigadores descubren cómo funciona el proceso demográfico ‘cuello de botella’

Cuando una población se reduce de tamaño y sobreviven unos cuantos individuos difícilmente quedan representadas todas las características de la totalidad del grupo original. A esta reducción se le llama cuello de botella porque de ahí surge una población un tanto diferente. 

Algunas características se pierden, pero otras se encuentran sobrerepresentadas, por ejemplo, el color verde de los ojos es poco común, pero sí de una población asilada de cuatro personas, dos tienen este color, 50% tiene ojos verdes. 

Esto es parte de lo que han descubierto, Rémi Tourne-Bize y Prya Moor-Jani, de la Universidad de California en Berkeley, luego de analizar 460 poblaciones humanas de todo el mundo.

La técnica usada se llama Ascend y analiza las diferencias entre genes de personas y poblaciones a lo largo del tiempo.

De esta forma, analizaron los datos genéticos de 2 mil 310 personas pertenecientes a 84 grupos humanos, entre los resultados destacan los de las poblaciones finlandesas y de judíos askenazis.

En los primeros se halló un fuerte evento fundador hace 245 generaciones, mientras que en los últimos se encontró una disminución de la población hace de 23 a 51 generaciones, un momento en que al parecer durante 15 generaciones la población askenazi no pasó de 500 personas. 

Un caso sorprendente es el de la India, donde la implementación del sistema de castas, una división de clases sociales fundamentada en el tipo de actividad, que fragmentó a la población en distintos grupos aislados genéticamente unos de otros, a pesar de convivir cotidianamente al analizar 78 grupos etnolingüísticos encontraron que la mayoría de los cuellos de botella ocurrieron hace 600 a mil años.

En la historia humana, las guerras, el hambre y la pandemias han colapsado a las poblaciones, pero también los sistema económicos y religiosos que a lo largo de los siglos no han hecho a las personas como son.