Ciencia

Sputnik 1 cumple 65 años de ser el primer satélite artificial puesto en órbita

En 1957, la nave obtuvo información perteneciente a la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera.

Este 4 de octubre se cumplen 65 años del lanzamiento por la Unión Soviética en 1957 del Sputnik 1, primer intento no fallido de poner en órbita un satélite artificial alrededor de la Tierra.

Sputnik 1, que significa en ruso “compañero de viaje” (“satélite” en astronáutica), colocó en franca ventaja a los rusos en la carrera espacial con Estados Unidos, donde la noticia causó una auténtica conmoción en el contexto de Guerra Fría.

El satélite era una esfera de aluminio de 58 centímetros de diámetro que llevaba cuatro largas y finas antenas. Tenía una masa aproximada de 83 kilos, contaba con dos transmisores de radio y orbitó la Tierra a una distancia de entre 938 kilómetros en su apogeo y 214 kilómetros en su perigeo.

Foto: Reuters.

La nave obtuvo información perteneciente a la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera.

Los transmisores funcionaron durante tres semanas, hasta que fallaron las baterías químicas de a bordo, y fue monitorizado con gran interés a lo largo de todo el mundo.

La órbita del entonces satélite inactivo fue observada más tarde ópticamente, hasta caer 92 días después de su lanzamiento (3 de enero de 1961), después de haber completado alrededor de mil 400 órbitas a la Tierra, acumulando una distancia de viaje, de aproximadamente unos 70 millones de kilómetros.

 Moscú dejará la EEI

La Estación Espacial Internacional (EEI) depende actualmente de un sistema de propulsión ruso para mantenerse en su órbita, a 400 kilómetros de altura, mientras que el segmento estadounidense se encarga de la electricidad y los sistemas de subsistencia.

Las tensiones en este campo aumentaron después del anuncio de Washington de sanciones contra la industria aeroespacial rusa, lo que provocó advertencias del antiguo responsable de Roscosmos y partidario incondicional de la intervención en Ucrania, Dmitri Rogozin. 

El recientemente nombrado sucesor de Rogozin, Yuri Borísov, confirmó la decisión rusa de abandonar la EEI después de 2024 para crear su propia estación en órbita, pero no fijó fecha.

La NASA dijo que la decisión era un “acontecimiento desafortunado” que dificultará los trabajos científicos realizados en la EEI.

Según expertos en la materia, la construcción de una nueva estación puede llevar 10 años a Moscú dado que la industria aeroespacial rusa, orgullo del país desde los tiempos soviéticos, no puede prosperar con las sanciones.

La EEI se lanzó en 1998 en un momento de esperanzas de cooperación entre las dos potencias mundiales.

En la época soviética, el programa espacial ruso era próspero, obteniendo grandes éxitos como el envío del primer hombre al Espacio en 1961 (Yuri Gagarin) o el lanzamiento del primer satélite Sputnik cuatro años después.

Pero en los últimos años, Roscosmos ha sufrido una serie de reveses vergonzosos, lastrada por escándalos de corrupción y la pérdida de varios satélites y dispositivos espaciales.

Rusia también perdió el monopolio en el envío de vuelos tripulados hacia la EEI debido a la emergencia de SpaceX, lo que ha supuesto una pérdida de ganancias de millones de dólares.

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