Pasaron 129 años de la muerte del revolucionario Catarino Erasmo Garza Rodríguez, para que sus restos pudieran volver a México luego de un exilio que lo llevó de Estados Unidos al Caribe y Panamá.
Lo anterior, debido a una intensa pesquisa que siguió sus pasos a lo largo del tiempo y la geografía en una investigación histórica y antropológica digna de un guion cinematográfico.
“Fue importante sobre todo para la historia de la frontera México con Estados Unidos; estamos hablando de un escritor, de un periodista, de un luchador, que uno de sus grandes puntos en principio fue la lucha en defensa de los mexicanos en Estados Unidos y posteriormente la lucha contra Porfirio Díaz”, indicó Laura Beatriz Moreno Rodríguez, Embajadora de México en Chile.
El rescate de la memoria histórica, impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, llevó a la búsqueda de los restos de este mexicano, nacido en Tamaulipas, en 1859.
“Es un trabajo inédito. México jamás había hecho un procedimiento de este tipo y creo que eso es primero una de las cosas más importantes que, a través de cooperación con otro país, a través de fomentar el tema de patrimonio histórico, el valor cultural que tiene nuestra historia fuera y dentro de nuestro territorio, creo que eso es un paso que ganamos”, precisó.
Catarino Erasmo también es considerado uno de los principales luchadores a favor de los migrantes, principalmente en Brownsville, Texas, Estados Unidos, donde vivió desde los 17 años.
“El maltrato hacia los mexicanos o hacia los migrantes era muy evidente; él siempre trató de ayudarlos, generando asociaciones que les permitieran generar lazos de solidaridad y de alguna forma de protección hacia ellos mismos, incluso, una de sus grandes frases de Catarino era ‘libres fronterizos’”, señaló la diplomática.
Fue un precursor del Movimiento Revolucionario de 1910, se opuso a la dictadura de Porfirio Díaz, a través de la pluma y la acción, lo que le valió la persecución por parte de ese Gobierno, que lo consideraba un bandido, obligándolo al exilio.
Tras una larga investigación para rastrear los pasos del revolucionario, entre 1892 y 1895, cuando estuvo en países como Cuba y Jamaica, en nuestros días un equipo encabezado por la ahora embajadora de México en Chile, Laura Moreno, ubicó los restos de Catarino Garza en el antiguo panteón municipal de Bocas del Toro, en Panamá, país en el que murió asesinado, a los 35 años de edad. Con ayuda de un dron, se localizaron antiguas fosas comunes.
“Marcan 7 puntos estratégicos en el panteón y en un segundo momento ya con el análisis de la información se hace la excavación arqueológica. Y bueno fueron los siete puntos que se trabajaron durante casi mes y medio, y a partir de eso se da un análisis post mortem, que era analizar los restos que se obtuvieron del panteón”, explicó.
La participación de la familia del revolucionario fue fundamental en el hallazgo y la identificación de los restos.
Tras 26 meses de trabajo, en el que participaron especialistas y diversas dependencias nacionales e internacionales, los restos fueron traídos a México y presentados el 23 de septiembre pasado.
La embajadora Moreno Rodríguez destacó que esta investigación demuestra la relevancia de la lucha de Catarino Garza a nivel nacional y regional.
“Un reconocimiento que ya se hace hacia Catarino Garza no solamente en la historia regional de Tamaulipas y Brownsville o Texas, si no ahora estamos hablando de un personaje que sabemos que estuvo ligado a otros revolucionarios latinoamericanos, involucrados en los procesos de emancipación o liberación de estos pueblos en aquellos años”, precisó.
Ahora, el reto, asegura la embajadora, es incorporarlo a la historia Nacional de México.
“Ya no sería un Catarino marginal, sino tendría que ser parte de un proceso y de una narrativa histórica mucho más grande. Eso es lo que gana México”, finalizó.
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