La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), anunció el cierre temporal de la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, en Yucatán, a partir del 30 de enero de 2024, hasta nuevo aviso.
La medida se toma debido a los trabajos del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en el contexto del proyecto del Tren Maya.
El INAH sugiere a los visitantes explorar otros sitios arqueológicos abiertos en el estado, como Chichén Itzá, Ek’Balam, Kabah y Labná, mientras Dzibilchaltún permanece cerrado por las intervenciones relacionadas con el Tren Maya.
Zona arqueológica Dzibilchaltún
La zona arqueológica de Dzibilchaltún, ubicada a 12 kilómetros al norte de la ciudad de Mérida, Yucatán. Con una extensión que supera los 19 kilómetros cuadrados, el sitio alberga restos de diversos asentamientos prehispánicos de diferentes épocas.
La Plaza Central, datada en el Clásico Tardío (entre los años 850 y 1100 de nuestra era), ha sido objeto de atención reciente debido al descubrimiento de edificaciones más antiguas durante la exploración de las estructuras que rodean el Cenote Xlacah, probablemente de mediados del Preclásico (alrededor del 600 a.C.).
Históricamente, Dzibilchaltún sustituyó a Komchén en el control regional del norponiente de la península de Yucatán hacia finales del Clásico. Un asentamiento que llegó a albergar una población cercana a los 25 mil habitantes y que se destacó por su compleja estructura urbana, incluyendo tres grandes plazas y cinco largas avenidas pavimentadas, conocidas como sacbeo’ob.
El nombre del sitio durante el Clásico Tardío, “Donde los cinco nacen de la boca de la Serpiente Celeste“, sugiere una conexión simbólica con las deidades asociadas con la Vía Láctea, representada como una serpiente celeste en el cielo nocturno.
Las exploraciones de Dzibilchaltún se han dividido en dos periodos. El primero, liderado por el arqueólogo estadounidense Wyllis Andrews IV y su colaborador George Stuart de la National Geographic Society, se llevó a cabo antes de la Segunda Guerra Mundial. El segundo periodo, a cargo del arqueólogo mexicano Rubén Maldonado Cárdenas desde finales de los años noventa, ha consolidado gran parte de las estructuras que rodean la Plaza Central, incluyendo el Templo del Sol o Casa de las Siete Muñecas.
Este templo piramidal, llamado así por siete figuras humanas de cerámica encontradas durante excavaciones, destaca por su diseño arquitectónico que permite que el sol atraviese ambas puertas en el equinoccio de primavera y otoño, un evento interpretado como un mensaje divino para el inicio de la siembra o la cosecha.
La exploración también ha revelado el entierro de un importante monarca del Clásico Tardío, conocido como Kalomte’ Uk’uw Ux Chan Chaak.
El Cenote Xlacah, uno de los mayores de la península, ha proporcionado valiosos objetos arqueológicos, incluyendo vasijas de cerámica. La visita al sitio incluye una capilla abierta construida por los franciscanos en el siglo XVI y culmina en el Museo del Pueblo Maya, que ofrece una perspectiva enriquecedora de la rica historia de Dzibilchaltún.