Cultura

Inbal recuerda el legado de la escultora Ángela Gurria

La famosa escultora mexicana y considerada la primera mujer en convertirse en integrante de la Academia de Artes de México en 1973, falleció el pasado 17 de febrero.

Este jueves, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) llevará  acabo un homenaje póstumo, para reconocer la obra y trayectoria de la gran escultora Ángela Gurría, referente fundamental para el arte contemporáneo de México, el cual se llevará a cabo a las 12:00 horas, en Palacio de Bellas Artes.

La famosa escultora mexicana y considerada la primera mujer en convertirse en integrante de la Academia de Artes de México en 1973, falleció el pasado 17 de febrero, a los 93 años de edad.

Originaria de Ciudad de México, Ángela Gurría Davó (1929) se formó con maestros como Germán Cueto —quien introdujo el abstraccionismo en la creación escultórica mexicana—, Mario Zamora, artista hondureño, y el fundidor y escultor Abraham González.

Estos la motivaron a conectarse con los materiales, conocer sus características y explorar sus posibilidades. En su obra trabajó con vidrio, ónix, cristal, cantera, hierro, bronce y mármol. Cursó también estudios en Francia, Italia, Estados Unidos y Grecia.

Su escultura destaca por el tratamiento de la forma, inspirada, en gran medida, en la organicidad de la naturaleza.

Produjo una amplia variedad de obras, algunas de pequeño formato y otras monumentales, en algunas de ellas hace alusión directa a los reinos animal y vegetal, como es el caso de JaguaresCaracolPalomaCactusFlor de cactusMariposa rosaMariposa roja, El vuelo de la mariposa, Celosía de mar.

Exposición individual

Presentó su primera exposición individual en 1959, en la Galería Diana, donde exhibió 11 piezas. Su carrera despuntó a partir de entonces y dio a conocer su obra en diversos museos y galerías.

Entre su obra pública se encuentra Señales (1968), parte de la Ruta de la Amistad —proyecto escultórico del programa de la Olimpiada Cultural que acompañó a los XIX Juegos Olímpicos de 1968—. La escultura de hormigón, de más de 30 metros de altura, consta de dos estructuras que representan una herradura partida en dos, pintada de blanco y negro.

A esta obra emblemática se suman Río Papaloapan (1970), Nube (1973) y Aguaje (2002), las cuales se pueden apreciar en el Museo de Arte Moderno del Inbal; Homenaje a la ceiba (1976-1977), en el Hotel Presidente Intercontinental; Tzompantli (1993), en el Centro Nacional de las Artes. Fuera de la capital del país también creó piezas de gran formato: Fuente rosa (1970), en Acapulco, Guerrero; Juguetes populares (1971-1973), en Paseo Tollocan, Estado de México; Homenaje a Benito Juárez, edificio de Naciones Unidas, Nueva York (1973); Monumento a México (1973-1974), en Tijuana, y el Monumento al trabajador del drenaje profundo (1974).

Reconocimientos

Gurría Davó fue miembro del Salón de la Plástica Mexicana desde 1966 y en 1974 fue la primera mujer en incorporarse a la Academia de Artes.

Entre los reconocimientos que obtuvo se encuentran el Premio del Instituto de Arte en México, la Medalla de Oro de la Academia del Arte del Lavoro (Italia, 1980) y el Primer Premio de Escultura Integrada a la Arquitectura de la III Bienal Mexicana de Escultura en 1967 por la obra Puerta- celosía, ejemplo notable de este tipo de diálogo artístico entre ambas disciplinas, creado para la entrada a la Casa de Moneda.

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