Juan O’ Gorman fue un artista fiel a sus creencias y honesto consigo mismo.
Levantó más de 20 escuelas como parte de un programa público y llevó sus ideas a los muros de la Biblioteca Central de la UNAM y el edificio del Scop.
Su obra artística y arquitectónica tuvo virajes bruscos: se cuestionó hasta el cansancio, se contradijo y se convenció de que debía prevalecer la premisa de mayor eficiencia con mínimos recursos.
Creo que es muy valioso como justo no segregarlo por pieza, porque entonces sí parece como una cosa muy esquizofrénica, sino ir tejiendo qué pasa entre cada uno de estos sitios”, Sofía Provenzio, curadora.
Su primer mural, que por mucho tiempo permaneció olvidado, se extiende por los muros de la biblioteca adjunta a la Casa de la Cultura de Azcapotzalco, que a propósito de esta obra alberga la exposición O’ Gorman O’ Gorman ” con más de 40 piezas sobre el pintor.
Es una cosmología. Creo que se habla mucho de Juan como arquitecto, de Juan como muralista, de Juan como pintor; pero pocas veces tejemos un discurso mucho más complejo de Juan como persona”, Sofía Provenzio, curadora.
Hasta el 29 de agosto, la retrospectiva del artista que, como último acto transgresor, se quitó la vida hace casi 40 años porque ya no toleraba la decadencia del mundo.